La oposición al gobierno de Nicolás Maduro tiene altas posibilidades de alzarse con el triunfo, en un proceso muy singular en donde el contrincante del líder bolivariano era totalmente desconocido hasta hace un par de meses. Se trata del exdiplomático Edmundo González Urrutia, de 74 años, un outsider que podría sustituir a Maduro, quien aspira a un tercer mandato de seis años.
Lo que está en juego el domingo es el fin de una era, la de la Revolución Bolivariana, iniciada por Hugo Chávez en 1999 y que implicó la redacción de una nueva Constitución y la arquitectura de un tramado jurídico e institucional en donde el control sobre la sociedad y de las instituciones estatales es férreo.
Encuestas de opinión adjudican a González Urrutia una ventaja de entre 20 y 30 puntos porcentuales sobre Maduro. La oposición venezolana nunca contó con un escenario tan favorable en las estimaciones estadísticas de cara a la presidencia de la República.
El gobierno de Chávez, fallecido en 2013, insertó a Venezuela en la órbita de los regímenes autoritarios de corte socialista de la región. Dependerá de los votantes que en las elecciones se evidencie que es tiempo de una transición y de redemocratización al país o, por el contrario, prosiga y se radicalice el socialismo en Venezuela.
En el conteo del domingo están habilitados para votar 21 millones de ciudadanos residentes en el país, pero apenas 69 mil de los casi ocho millones de venezolanos en el exterior. Limitaciones técnicas, impedimentos legales y la poca voluntad del gobierno socialista de propiciar la participación incidieron en la ausencia en las urnas de la gran mayoría de la diáspora criolla.
La candidatura de González Urrutia se apalancó en la líder opositora María Corina Machado, inhabilitada en 2023 de participar en procesos electorales por decisión de la Contraloría de la República, cuyo para aquel entonces titular, Elvis Amoroso, determinara que luego de una investigación patrimonial, que Machado atenta contra la “ética pública, la moral administrativa, el Estado de derecho, la paz y la soberanía” de Venezuela.
Y precisamente Amoroso es el actual presidente del Consejo Nacional Electoral, entidad organizadora de las elecciones presidenciales. Por enroques institucionales, este funcionario asumió la dirección del CNE en agosto del año pasado.
Pese al sesgo del ente comicial en favor de Maduro, según lo ha denunciado la dirigencia opositora, y a los problemas de orden técnico que han enfrentado los testigos electorales del candidato González en las mesas de votación que se habilitarán el domingo, el conteo presidencial va.
Vía electoral
Lejos de llamar a la abstención, Machado, una popular líder opositora de 57 años, inició una cruzada nacional de incentivo al voto y a la participación electoral en las condiciones más adversas.
La campaña electoral que culmina este jueves 25 de julio se desarrolló sin anuncios publicitarios y sin espacio en la prensa, radial y televisiva para la oposición, frente al poderoso sistema nacional de medios públicos en donde la figura de Maduro adquirió todo el protagonismo.
“Hasta hace unos meses cuando las encuestadoras preguntaban ‘quién cree usted que va a ganar las elecciones del 28 de julio’ la respuesta del 60% era a favor de Maduro, aunque ese entrevistado no fuera a votar por él; pero daba por hecho que de alguna manera –casi siempre non sancta– iba a quedarse. Hoy ese panorama ha cambiado y la gran mayoría cree que quien va a ganar es Edmundo”, dijo a Metro el analista de entorno Benjamín Tripier.
Señaló que “el común denominador de todo, pasa por lo social, por la creciente pobreza y por el empobrecimiento y restricciones presupuestarias de lo que queda de la clase media venezolana. El perfil de sociedad cambió para peor, y la esperanza está puesta en revertir esa tendencia”.
Por su parte, el politólogo y comunicador Tony Frangie explicó los posibles escenarios para el 28 de julio y destacó que esta campaña electoral ha sido atípica pues no ha habido suficiente información en los medios tradicionales, “por eso se ha desarrollado en las plataformas digitales”. Puso como ejemplo el caso de la campaña de la oposición, que asumió Machado, avalada por el candidato González Urrutia.
“Sus mensajes han sido difundidos por grupos de WhatsApp y por mensajería, ella ha recorrido todo el país y los ciudadanos han tejido redes de comunicación para seguirla”.
También habló del descontento que hay en la población que han comenzado a rechazar los sistemas de control social impuestos por el chavismo durante 25 años que limitan la autonomía del ciudadano y que no ofrecen certidumbre de un país moderno, con desarrollo económico o libertades políticas.
“En la actualidad la población venezolana busca independencia y trabajo para sostener a sus familias, lo que refleja una ruptura con las estructuras comunales impuestas por el chavismo”, explicó Frangie en un evento reciente, en donde Metro estuvo presente.
Sobre el tema de una posible transición hacia la redemocratización de Venezuela, explicó el analista que “este proceso está vinculado con factores como la presión doméstica o internacional y la descoordinación en la coalición de poder”.
Los gobiernos de los Estados Unidos e incluso de los aliados ideológicos de Maduro, Colombia y Brasil, podrían incidir en la aceptación de la derrota electoral del oficialismo venezolano, en caso de que Edmundo González gane las elecciones.
Entorno económico
Para el economista Asdrúbal Oliveros, quien disertó en Caracas sobre las perspectivas económicas de la Venezuela post comicios , “lo más trascendente de las elecciones del 28 de julio será si el Gobierno allí elegido tendrá reconocimiento internacional. Esto es importante para entender si va a tener capacidad para resolver los problemas que están demandando los venezolanos para traer las inversiones, para volver a recuperar el sector petrolero, que no puede operar a plena capacidad si sigue sancionado (Por el gobierno de los Estados Unidos)”.
Asimismo, explicó que en el pasado era muy fácil para una empresa vender en Venezuela, porque había alto poder adquisitivo,” el Estado repartía las ganancias del petróleo y el venezolano estaba acostumbrado al dinero, lo que se traducía en una alta demanda que aumentaba la oferta de productos y servicios en el país”.
En la Venezuela de 2024, que superó una hiperinflación de seis años y aún sigue en recesión, no hay un escenario favorable al trabajador. Datos de empresas de análisis de entorno señalan que el venezolano es un consumidor empobrecido pues 85% de la población tiene ingresos mensuales de hasta US$300 y 65% vive con ingresos que están por debajo de los US$100.
Dura campaña
Sobre cómo ha sido el momento político en esta nación sudamericana, el analista Benjamín Tripier subraya que “mientras el chavismo–madurismo continúa con los insultos y descalificaciones, y con la violencia física y detenciones arbitrarias, el liderazgo opositor emergente, transmite calma y esperanza, incluso en medio de adversidades, recordando que la transformación social requiere tiempo y paciencia”.
Acotó que la solidaridad internacional y la colaboración de organizaciones y gobiernos dispuestos a apoyar el proceso de cambio democrático en Venezuela, sigue siendo un condicionante que mantiene, dentro de todo vivas las aspiraciones de la oposición, más el candidato presidencial, Edmundo González Urrutia en libertad y, aunque no siempre fácil, circulando por el país levantando gigantescas convocatorias de apoyo que deberían convertirse en votos”.
Independientemente de lo que acontezca el domingo próximo en Venezuela, es evidente que el protagonismo principal de la campaña y del liderazgo político recae en María Corina Machado. Ella no oculta su futura aspiración de la presidencia de la República en un futuro cercano en donde las negociaciones de la transición a la Democracia en este país impliquen la revisión de las inhabilitaciones electorales a líderes disidentes y la reactivación de partidos políticos proscritos. Es tiempo de cambios, luego de 25 años de revolución bolivariana.
1999
fue el año en que Hugo Chávez inició la Revolución Bolivariana que gobierna Venezuela hasta hoy.
85%
de la población de Venezuela tiene ingresos mensuales de hasta US$300 y 65% vive con ingresos que están por debajo de los US$100.