Este lunes 22 de julio, Kimberly A. Cheatle, jefa del Servicio Secreto de los Estados Unidos, compareció ante la Cámara de Representantes para explicar a las autoridades y congresistas, qué pasó con los operativos desplegados por sus subalternos en el mitin en donde el candidato Republicano, Donald Trump, sufrió un atentado en la localidad de Butler, Pensilvania.
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Cabe destacar que en dicho episodio Cory Comperatore, un asistente del evento, perdió la vida y otras dos personas más quedaron en estado crítico.
En su explicación en el Capitolio, Cheatle se sinceró y no ocultó para nada el pobre accionar del Servicio Secreto: “Fue el fracaso más significativo de la agencia en décadas. La misión solemne del Servicio Secreto es proteger a los líderes de nuestra nación. Y el 13 de julio fallamos”.
Admiten que no se hizo caso al pedido de aumentar la seguridad de Trump
El Servicio Secreto admitió haber hecho caso omiso antes del intento de asesinato reciente a varias solicitudes de la campaña de Donald Trump para reforzar la seguridad en sus eventos. Kimberly A. Cheatle se atribuyó toda la responsabilidad del accionar de la agencia de seguridad en aquel fatídico sábado 13 de julio, sin embargo, expresó sentirse “orgullosa más allá de las palabras” de cómo actuaron los agentes.
A pesar del “mea culpa” muchos fueron los congresistas que presentaron su disconformidad al asegurar que una disculpa no soluciona todo lo que pasó o lo que pueda pasar en el futuro, por lo que más de uno pidió que dimitiera de su cargo, mismo que tiene bajo responsabilidad a 8 mil funcionarios.
Una de las voces más fuertes fue la del congresista californiano Ro Khana, quien preguntó a Cheatle si consideraba que el fallo se podía comparar con el intento de asesinato del presidente Ronald Reagan en 1981. Su respuesta fue afirmativa y Khana no dejó pasar la oportunidad para sentenciar: “¿Sabe lo que hizo la persona que estaba entonces en su cargo? Se lo diré yo: dimitió”.