Hace más de 60 años se descubrió, en la ciudad de Villena, en el este de España, un impresionante tesoro de orfebrería de la Edad de Bronce tardía, que, según un reciente estudio, contiene ciertas partes hechas de un metal llegado desde fuera de este mundo.
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Apodado “El Tesoro de Villena”, este alijo data de hace 3.500 años y contenía coronas, estatuillas y joyas elaboradamente decoradas que podrían rivalizar con las encontradas en lugares como Egipto u otros países de Europa. Ahora, científicos han hecho un descubrimiento aún más asombroso: algunos de esos tesoros contienen metales procedentes del espacio.
“La presencia en el Tesoro de Villena (Alicante) de dos piezas de hierro, una semiesfera hueca y un brazalete o anilla abierta, han generado polémica en torno a su cronología desde su descubrimiento en 1963. Se presentan los datos de nuevos análisis cuyos resultados abogan en favor de que ambas piezas sean de hierro meteorítico, implicando la posibilidad de ubicar su cronología en algún momento del Bronce Tardío anterior al inicio de la producción de hierro terrestre”, se lee en la investigación.
Investigadores del Museo Arqueológico Nacional de España utilizaron instrumentos especiales para medir el níquel, el cobalto, el galio, el germanio y otros oligoelementos en pequeñas muestras de óxido de las piezas de hierro. La composición química coincidía con la del material meteorítico conocido, lo que apuntaba a un origen en el espacio y no en las minas de la Tierra.
“El hierro extraterrestre se caracteriza, a grandes rasgos, porque en su composición química siempre hay más del 5% de níquel y cantidades menores de cobalto y otros elementos traza”.
— Salvador Rovira-Llorens, conservador retirado del Museo Arqueológico Nacional de España y coautor de la investigación
“Los resultados, cuyos detalles se presentan y discuten en nuestra publicación de 2024, permiten clasificar los hierros de Villena como hierro meteorítico con más del 5% de níquel y más del 0,6% de cobalto”, dijo a Metro Salvador Rovira-Llorens, conservador retirado del Museo Arqueológico Nacional de España y coautor de la investigación.
Tras las pruebas químicas, los científicos descubrieron que las joyas tenían más de un cinco por ciento de níquel, lo que significa que son de origen extraterrestre, pues la mayor parte del mineral de hierro extraído de la corteza terrestre contiene poco níquel, normalmente menos del uno por ciento. Sin embargo, los meteoritos de hierro-níquel suelen contener más de un cinco por ciento de níquel, junto con cobalto y otros metales traza en proporciones específicas.
Del mismo modo, las proporciones de níquel superiores al 5% en los artefactos de Villena corresponden a meteoritos de hierro procedentes del núcleo de asteroides fragmentados. Además, las elevadas cantidades de galio, germanio y rutenio corresponden a un tipo específico denominado meteorito complejo IAB.
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Metro habló con Salvador Rovira-Llorens para conocer más sobre este descubrimiento.
Características del hierro meteorítico
-Es el componente básico de un tipo particular de cuerpo celeste.
-Procede del espacio exterior,
-Es atraído por la fuerza de la gravedad de la Tierra y cae sobre su superficie.
-Se caracteriza por tener más del 5% de níquel y cantidades menores de cobalto
5 preguntas a…
Salvador Rovira-Llorens,
conservador retirado del Museo Arqueológico Nacional de España y coautor de la investigación.
P: ¿Qué lo inspiró a estudiar el Tesoro de Villena?
–El Tesoro de Villena es probablemente el conjunto de orfebrería más importante y espectacular de la Edad del Bronce del occidente europeo. Desde su descubrimiento en 1963 por el arqueólogo local José María Soler en el interior de una gran vasija cerámica, en la Rambla del Panadero, cerca de la ciudad de Villena (Alicante, España), ha sido objeto de numerosos trabajos de investigación. Actualmente se exhibe en el Museo Arqueológico de dicha ciudad, de cuya colección es el conjunto estrella.
El Tesoro planteó desde el principio serios problemas acerca de su cronología. El hecho de ser un hallazgo aislado y cerrado, no relacionable físicamente con ningún yacimiento arqueológico de su vecindad, hizo que se propusieran fechas dentro de una amplia horquilla temporal. Por un lado, las piezas áureas del Tesorillo de Cabezo Redondo, encontrado en un poblado cercano a donde se produjo el hallazgo del Tesoro de Villena, mostraban evidentes similitudes formales y tecnológicas con las de Villena. Cabezo Redondo es un hábitat bien fechado radiocarbónicamente entre los años 1500-1300 a. de C. Por otro lado, la presencia de dos piezas de hierro en el de Villena forzaba a otros investigadores a proponer una fecha más moderna, de inicios de la Edad del Hierro en la Península Ibérica, es decir, de finales del siglo VIII a. de C. ¿Cómo resolver el dilema?
A comienzos del siglo XXI, en una conversación privada, Rosario Lucas Pellicer, catedrática de la Universidad Autónoma de Madrid, comentaba que la solución podía ser el análisis del hierro para determinar si era terrestre, en cuyo caso la datación lo llevaría a la Edad del Hierro, o hierro meteorítico, en cuyo caso el Tesoro podría ser anterior al 1300 a. de C., como sugería el Tesorillo de Cabezo Redondo. En 2007 Concepción Blasco Bosqued, compañera de cátedra de Rosario Lucas (prematuramente fallecida), nos propuso efectuar los análisis pertinentes dentro del Proyecto de Investigación Arqueometalúrgica de la Península Ibérica. El resultado es fruto de un trabajo conjunto realizado con mis colegas la doctora Martina Renzi y el doctor Ignacio Montero Ruiz.
P: ¿Qué es El Tesoro de Villena y por qué genera tanto interés?
–El Tesoro es actualmente el conjunto de piezas áureas más importante de España, únicamente superado en Europa por las Tumbas Reales de Micenas, en Grecia. Está compuesto por objetos de vajilla (cuencos y botellas), brazaletes y unos pocos objetos varios. Totalizan unos 10 kg de peso, de los cuales más de 9 kg son de oro nativo de buena ley, según los análisis de la composición efectuados por Axel Hartmann.
Un atesoramiento de tal magnitud ha sido investigado desde muchos puntos de vista. Unos son de carácter estilístico; otros de carácter social y económico (función, significado, etc.); otros, finalmente, de carácter tecnológico (de qué y cómo se fabricaron los distintos tipos de objetos).
Nuestra investigación se ha centrado en los dos objetos de hierro, una semiesfera hueca recubierta con una fina lámina calada de oro, cuya función quizás fue la de un remate de empuñadura o cetro, y una pulsera abierta. El objetivo era determinar si es hierro producido a partir de minerales ferruginosos extraídos del manto del planeta Tierra o, por el contrario, se trata de hierro extraterrestre procedente de un meteorito llegado desde el espacio exterior.
P: ¿Podría hablarnos del hierro meteorítico?
–El hierro meteorítico es el componente básico de un tipo particular de cuerpo celeste que, procedente del espacio exterior, es atraído por la fuerza de la gravedad de la Tierra y cae sobre su superficie. La mayoría de meteoritos se desintegran al entrar en la atmósfera y son lo que familiarmente llamamos estrellas fugaces en el firmamento nocturno. Pero otros, los de mayor tamaño, impactan sobre el suelo. Actualmente existe un censo de más de un centenar de meteoritos de base hierro, algunos de gran tamaño como el Hoba en Namibia, de más de 60 toneladas de masa; otros pesan apenas unas decenas de gramos o menos.
El hierro extraterrestre se caracteriza, a grandes rasgos, porque en su composición química siempre hay más del 5% de níquel y cantidades menores de cobalto y otros elementos traza. En cambio, el hierro terrestre no contiene níquel o lo tiene en cantidades ínfimas. Éste es un primer criterio claramente diferenciador.
P: ¿Qué descubrieron tras su análisis?
– En 2007 fuimos autorizados para extraer una muestra de fracciones de miligramo de la capa superficial de óxido de cada una de las dos piezas de hierro del Tesoro de Villena. Hicimos unos análisis preliminares no destructivos, por espectrometría de fluorescencia de rayos-X (XRF-ED), en el laboratorio del Museo Arqueológico Nacional (Madrid, España). El espectro resultante indicaba claramente la presencia de abundante hierro y níquel, lo cual nos animó a proseguir la investigación utilizando métodos analíticos más potentes como la espectrometría de masas (LA-ICP-MS), en colaboración con el Curt-Engelhorn-Zentrum Archäometrie de Mannheim (Alemania).
Los resultados, cuyos detalles se presentan y discuten en nuestra publicación de 2024, permiten clasificar los hierros de Villena como hierro meteorítico con más del 5% de níquel y más del 0,6% de cobalto. Dichos valores los sitúan dentro de la nube de puntos correspondiente al hierro meteorítico, según la base de datos internacional de este metal extraterrestre. Las tasas de ciertos elementos traza tales como germanio, galio y rutenio indican que dicho hierro se agrupa con el complejo IAB de sideritos o meteoritos metálicos. Además, por los valores de las impurezas que poseen, el metal de ambas piezas procede del mismo meteorito.
P: ¿Es frecuente encontrar piezas hechas por el hombre que sean de hierro meteorítico?
–No, no es muy frecuente. La lista es más bien corta de momento, aunque lógicamente está abierta a nuevos descubrimientos. Lo curioso es que, por lo menos los objetos más antiguos, aparecen en contextos arqueológicos que sugieren que tuvieron gran valor social como elementos de prestigio del poseedor, quizás mayor que el oro. Entre éstos cabe mencionar las nueve cuentas tubulares de collar de Gerzeh, en el Egipto predinástico, de hacia el 3200 a. de C., el pendiente de Umm el-Qaab, también en Egipto, fechado hacia el 2300 a. de C., la hoja de un hacha de Ugarit, en el norte de Siria, de hacia el 1400 a. de C., y la hoja de un puñal con empuñadura y funda de oro, de la tumba de Tutankamón, en Egipto, de hacia 1300 a. de C. Otras piezas menos antiguas, en cambio, parecen tener un uso utilitario, como la serie de herramientas y arpones fabricados por los nativos Inuit de la costa noroeste de Groenlandia, que vivieron cerca de los grandes fragmentos del meteorito de Cabo York a partir del año 1300 de la era cristiana. Este meteorito se supone que pesaba unas 100 toneladas antes de explotar y dispersarse tras el impacto.
Después del estudio efectuado por nosotros a los hierros del Tesoro de Villena, cabe agregar dos piezas más a la relación de objetos arqueológicos manufacturados en el occidente europeo varios siglos antes de la Edad del Hierro.