Las devastadoras inundaciones en el sur de Brasil, especialmente en la región de Porto Alegre, han dejado imágenes impactantes de estadios y viviendas sumergidas bajo el agua. Las imágenes aéreas muestran la magnitud de la catástrofe, con casas y estadios, incluidos la Arena Do Gremio y el Beira Rio, completamente inundados. Estas imágenes son un testimonio visual de la peor catástrofe climática en la historia del estado de Rio Grande do Sul.
Las cifras son desgarradoras: 90 muertos, 362 heridos y 131 desaparecidos, según el último balance de Defensa Civil. En un total de 397 municipios afectados, más de 156 mil personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares debido a las inundaciones provocadas por las fuertes lluvias y el desbordamiento de los ríos.
Las lluvias han causado estragos al sur de Brasil
En medio de esta tragedia, figuras destacadas del fútbol brasileño como Vinicius Jr., Neymar y Endrick han movilizado esfuerzos para ayudar a las víctimas. Los grandes equipos de la región, Gremio e Internacional, también se vieron afectados con sus instalaciones inundadas.
El presidente Luiz Inácio Lula de Silva anunció la liberación de fondos de emergencia para brindar asistencia inmediata a las víctimas. Además, unos 15 mil militares, bomberos, policías y voluntarios trabajan incansablemente en las labores de rescate, utilizando todo tipo de recursos disponibles, desde aeronaves hasta embarcaciones.
Sin embargo, la situación podría empeorar, ya que se esperan más lluvias y tormentas en los próximos días, lo que dificultaría aún más las tareas de rescate. El río Guaíba, en la capital Porto Alegre, continúa en niveles históricos de crecida, y los pronósticos meteorológicos indican la posibilidad de nuevas inundaciones y tormentas.
Las imágenes satelitales muestran la dimensión de la catástrofe, con el cauce de los ríos extendiéndose más allá de sus límites habituales y cambiando el paisaje de la región metropolitana de Porto Alegre. A pesar de los esfuerzos de rescate y ayuda, la recuperación de la zona afectada será un proceso largo y difícil, con muchas comunidades enfrentando la pérdida de sus hogares y seres queridos.