En la famosa serie “Stranger Things” de Netflix, Will, uno de los personajes principales fue atrapado por un monstruo y transportado a una realidad paralela, desde donde intentaba comunicarse con su familia a través de las paredes en el pueblo ficticio de Hawkins, en Indiana.
PUBLICIDAD
Cerca de Charlotte, en Carolina del Norte, ocurrió algo parecido al “upside down”, el mundo del revés de “Stranger Things”.
Terror en las paredes de una granja de Charlotte
Una pequeña durante mucho tiempo le insistió a sus padres de que en su pieza había “monstruos”, que no la dejaban dormir y que con el tiempo le empezaron a crear constantes pesadillas.
“Ella decía que escuchaba monstruos en la pared de su pieza, pero justo había visto la película Monster’s Inc. Como todavía no hablaba bien, cuando intentaba explicarnos, pensamos que se refería a monstruos en el closet”, relató a People la madre, Ashley Massis Class.
Pero con el tiempo las cosas empeoraron, y la niña estaba aterrada y no quería dormir en su pieza, pese a todos los intentos de sus padres para asegurarle de que no existían los monstruos.
Los padres descubren pistas y comienzan a creerle a la niña
Hace unas semanas, la percepción de los padres cambió cuando vieron a unas abejas entrando al sótano de la casa. Como es una granja de 100 años, decidieron llamar a una empresa de fumigación y control de plagas.
Sin embargo, no descubrieron nada especial y les dijeron que no podían fumigar porque estas abejas estaban en peligro de extinción. Llamaron a distintos apicultores y tampoco encontraron algo especial.
PUBLICIDAD
Hasta que uno de ellos llegó preparado con una cámara termal para analizar el suelo de una parte de la casa que estaba justo debajo de la pieza de la pequeña niña.
La madre le relató a People la impensada situación que ocurrió segundos después: “Al principio pensé que era un cuerpo. Pregunté qué era y el apicultor me dijo que parecía como una colmena. Aunque no tenía su traje, agarró un mazo y golpeó la pared… las abejas salieron como si fuera una película de terror”.
La imagen se hizo más aterradora porque desde el hoyo en la pared comenzó a correr un líquido espeso y oscuro: era la miel.
“La colmena más grande que jamás he visto”
El apicultor se puso su traje y comenzó a hacer más hoyos en la pared, hasta que encontró “la colmena más grande que jamás he visto”, según le escuchó decir Ashley.
El primer día pudo sacar 20 mil abejas y unos 200 kilos de miel. Y al día siguiente se llevó otras 20 mil más. “Sellamos la habitación y cubrimos la pared con plásticos, pero todavía siguen llegando abejas”, dijo la madre, quien contó en TikTok que habían sacado 50 mil abejas.
Lo importante es que la niña ahora está bien y más tranquila. Los padres le reconocieron que ella tenía razón e incluso bautizó al apicultor como “El cazador de monstruos”.
