El sarampión, una de las enfermedades más contagiosas del mundo, está en alza de forma alarmante en Estados Unidos, lo que ha comenzado a generar preocupación entre los expertos de salud acerca de este virus prevenible, el cual solía ser común en la infancia.
En EEUU, los casos de sarampión ya se ubican en casi el doble del total de todo el año pasado. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han documentado al menos 113 casos hasta el 5 de abril.
Sin embargo, pese a este alarmante hecho, la cifra aún es menor que en algunos años recientes: en 2014 hubo 667 casos y en 2019 se registraron 1.274. La epidemia de sarampión de 2019, de hecho, fue la peor en casi tres décadas, y amenazó la posición de Estados Unidos como un país que ha eliminado el sarampión al detener la propagación constante del virus.
Este pasado jueves 11, los CDC mostraron un informe sobre las tendencias recientes de casos de sarampión, haciendo notar que los casos en los primeros tres meses del año fueron 17 veces más elevados que la cifra promedio para el primer trimestre de los tres años anteriores.
Aunque las autoridades sanitarias parecen estar realizando un buen trabajo al momento de detectar y responder a los brotes, “el rápido incremento en el número de casos reportados de sarampión durante el primer trimestre de 2024 representa una nueva amenaza para su eliminación”, dijeron los autores.
¿Por qué se estaría propagando el sarampión en estos últimos meses?
La enfermedad, que sigue siendo común en muchas partes del mundo, llega a Estados Unidos a través de viajeros no vacunados. De acuerdo con el informe del jueves, la mayor parte de las importaciones recientes involucran a estadounidenses no vacunados que se infectaron en Oriente Medio y África y trajeron el sarampión de regreso a Estados Unidos.
En lo que va de 2024, las autoridades de salud han confirmado casos de sarampión en 17 estados, incluidos lugares de importante población como las ciudades de Nueva York, Filadelfia y Chicago.
Más de la mitad de los casos de este año provienen del brote en Chicago, donde 61 personas han contraído el virus hasta el jueves, en su mayoría personas que vivían en un albergue para migrantes.