Viernes negro y sangriento el que se originó este 22 de marzo en la sala de conciertos Crocus City Hall en Moscú, Rusia, en la que varias personas encapuchadas dispararon sin piedad al público presente, situación que hasta los momentos ya cuenta con el saldo de por lo menos 40 muertos y más de 100 heridos, así lo confirmó el Ministro de Salud ruso, Mikhail Murashko.
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A pocos minutos de haberse registrado el dantesco hecho, mediante un comunicado a través de la plataforma Telegram, la organización terrorista denominada ISIS se atribuyó el atentado, no obstante, desde el Kremlin se acusó al gobierno de Ucrania, y en su defensa, el gobierno presidido por Volodímir Zelenski, indicó que todo se trató de un autoatentado.
Atribución de ISIS
Según la Agencia Amaq, conocido como el órgano de propaganda de la organización terrorista, una fuente indicó que “los combatientes del Estado Islámico atacaron una gran reunión de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk en las afueras de la capital rusa, Moscú, matando e hiriendo a cientos y causando una gran destrucción en el lugar antes de que se retiraran a sus bases de manera segura”.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, expresó sus condolencias para con las víctimas del ataque, que calificó de “tragedia horrible”.
Por su parte, el gobierno de los Estados Unidos fue una de las primeras naciones que rápidamente expresó sus condolencias y repudio por el vil ataque: “Las imágenes del tiroteo son horribles”. Además, John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, aseguró que la administración de Joe Biden “nunca animó a Ucrania a atacar a Rusia dentro de su territorio. No hay ningún indicio de que Ucrania o los ucranianos tengan algo que ver con el tiroteo”.
Cabe destacar que las Embajadas occidentales en Rusia hicieron recientemente una advertencia por posibles atentados terroristas, sin embargo, Vladímir Putin, tildó todo como “un intento de intimidar y desestabilizar nuestra sociedad”.
