Uno de los pistoleros implicados en el tiroteo del desfile de Kansas City confesó que escogió objetivos “al azar” al momento de disparar contra un grupo con el cual sostuvo una discusión al momento de la celebración por la victoria del equipo de fútbol de la ciudad.
PUBLICIDAD
El tiroteo dejó a una mujer muerta, y al menos 22 heridos, entre ellos, 12 menores de edad.
Lyndell Mays, de 23 años, comenzó a discutir con Dominic Miller, de 18. Cada uno, estaba con grupos distintos y empezaron a discutir. Según New York Post, los documentos judiciales dicen que Mays expresó que disparó porque temía por su vida.
En su declaración, Mays expuso que dudó en accionar su arma porque habían niños en el lugar, pero luego “escogió a uno de los individuos del grupo al azar y comenzó a disparar”.
Miller se aprovechó de la multitud y se ocultaba entre la gente, mientras corría de Mays, quien lo perseguía con su arma. Al mismo tiempo, Miller accionaba una pistola de 9 mm. Ambos se disparaban el uno contra el otro.
El joven de 18 años recibió una balazo en la parte baja de la espalda, por lo que cayó y seguidamente siguió corriendo, disparando en contra de Mays. Fue en ese instante, cuando resultó baleada Lisa López Gavlan, la madre de dos hijos, que estaba viendo el desfile y que quedó muerta en el sitio.
Te puede interesar: Hallan muerta a niña desaparecida en Texas y un amigo de su padre es sospechoso de asesinarla
PUBLICIDAD
Las investigaciones determinaron que la bala que mató a López Gavlan fue de la pistola 9 mm que tenía Miller.
Arrestados por tiroteo en el desfile de Kansas City
The Post informó que Lyndell Mays y Dominic Miller están detenidos, enfrentando cargos por asesinato en segundo grado, dos de acción criminal armada y uso ilegal de un arma. Además, hay otros dos adolescentes aprehendidos.
Mientras tanto, el clamor de justicia persiste por parte de familiares y amigos de Lisa López Gavlan.
Autoridades aseguraron que trabajarán fuertemente ante este caso, que conmovió a Estados Unidos. “Trabajaremos incansablemente”, aseveró Stacey Graves, jefa de policía de Kansas City.
