Luego del anuncio del gobernador de Florida, Ron DeSantis, en la tarde de este domingo 21 de enero para confirmar que se bajaba definitivamente de la pelea por la candidatura presidencial del partido Republicano, el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump no tardar en expresarse desde la ciudad de Rochester, Nueva York.
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Al igual que el pasado 17 de diciembre, volvió a prometer que de ser de nuevo electo presidente intensificará las medidas migratorias y prometió que llevará a cabo en la brevedad posible la deportación más grande de toda la historia.
“Tan pronto como levante mi mano de la Biblia como su 47º presidente, sellaré la frontera, cerraré la invasión de millones y millones de personas que vienen a nuestro país”. Además, agregó: “Daré instrucciones a los jefes del ICE y de la Patrulla Fronteriza para que comiencen el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos”.
Estas nuevas amenazas a los migrantes suben el tono de la precampaña del aspirante a la Casa Blanca. Después de las palabras de Trump, uno de sus exasesores en política migratoria y quien se dice que repetiría en el cargo, Stephen Miller, detalló en X que estas deportaciones masivas comenzarían inmediatamente se posicione Trump como presidente.
Organizaciones civiles y grupos de derechos humanos en su momento han criticado la política migratoria de Trump que lejos de “solucionar” este fenómeno durante su mandato ha exacerbado la xenofobia y el ataque a los migrantes.
Este martes 23 de enero se desarrollará en New Hampshire, la continuidad de las primarias republicanas, esta vez sin DeSantis y con Nikki Haley como la única contrincante de Trump, quien en el pasado sábado arribó a sus 52 año y con una cerveza negra y una tarta de chocolate, pidió que le regalasen votos necesarios para aspirar a la presidencia,