El aumento de la adicción a Internet y a contenidos específicos en línea se ha convertido en una preocupación mundial, dado el gran número de personas afectadas. Un estudio reciente introduce un nuevo espectro para medir esta adicción.
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Un informe de la plataforma de marketing Gitrnux afirma que entre el 1.5 y el 8.2 por ciento de la población mundial sufre adicción a Internet. Además, casi el 60% de estos adictos se enfrentan a efectos adversos en sus relaciones profesionales y personales.
Sin embargo, el reciente estudio de la Universidad de Surrey presenta una nueva perspectiva de la adicción a Internet. Subraya la necesidad de distinguir entre el uso problemático de Internet y la auténtica adicción.
“Desde el punto de vista individual, el nuevo espectro permite a las personas categorizarse a sí mismas con mayor facilidad”, compartió con Metro la doctora Brigitte Stangl, autora principal del estudio de la Universidad de Surrey.
La especialista explicó que la investigación pretendía diferenciar entre el uso problemático de Internet y la adicción real. Los resultados sugieren que los individuos más jóvenes son más propensos a la adicción a Internet, una propensión que disminuye con la edad.
El estudio no encontró correlación entre el sexo y el comportamiento en línea. Sin embargo, los niveles más altos de adicción se asociaron con una mayor confianza en el uso de la tecnología móvil, especialmente una mayor inclinación a explorar nuevas aplicaciones.
“Nuestro objetivo principal era diferenciar entre el uso problemático de Internet y la adicción real”.
— Dra. Brigitte Stangl, profesora titular de Turismo y directora del Centro para la Transformación Digital en la Economía de los Visitantes de la Universidad de Surrey (Reino Unido).
Las experiencias emocionales, como los sentimientos evocados por una aplicación, predijeron predominantemente el comportamiento futuro en todos los grupos demográficos al interactuar con la realidad aumentada. Por el contrario, las experiencias de acción, como la navegación por páginas web o los juegos, resultaron en gran medida intrascendentes para los adictos.
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“Nuestra investigación subraya la necesidad de intervenciones personalizadas para individuos en distintas fases de adicción a Internet. Sin duda, estos conocimientos influirán en el diseño y la evolución de los servicios digitales y las aplicaciones de realidad aumentada, garantizando que respondan a las diversas necesidades de los usuarios actuales”, concluyó el Dr. Stangl.
57%
de los adictos a Internet sufren repercusiones negativas en sus relaciones profesionales y personales.
El nuevo espectro de la adicción a Internet clasifica a los usuarios en cinco categorías:
Usuarios ocasionales (14.86%): Estos usuarios se conectan principalmente para realizar tareas específicas y se desconectan rápidamente. No muestran síntomas de adicción y suelen ser mayores, con una media de 33,4 años. Son los menos curiosos sobre nuevas aplicaciones.
Usuarios iniciales (22.86%): Suelen estar conectados más tiempo del previsto, descuidan ocasionalmente las tareas domésticas pero no se perciben a sí mismos como adictos. Muestran un interés moderado por las apps y tienen una edad media de 26,1 años.
Experimentadores (21.98%): Se sienten ansiosos offline pero aliviados online, son aficionados a las nuevas apps y a la tecnología. Su edad oscila entre los 22,8 y los 24,3 años.
Adictos en negación (17.96%): Muestran comportamientos adictivos, establecen relaciones online y pasan por alto las obligaciones del mundo real. Niegan sentirse inquietos fuera de Internet y se muestran confiados con la tecnología móvil.
Adictos (22.36%): Admiten abiertamente su adicción y sus efectos perjudiciales, pasan mucho más tiempo conectados que los usuarios ocasionales y son expertos en tecnología.
Entrevista
Dra. Brigitte Stangl
autora principal del estudio en la Universidad de Surrey
P: ¿Cuál es la gravedad de la adicción a Internet?
- La adicción a Internet es un problema complejo y grave que puede tener importantes consecuencias negativas para la vida de una persona, como interferir en su vida cotidiana -interrumpir su trabajo y otras responsabilidades diarias-, consecuencias emocionales y psicológicas -soledad, ansiedad o depresión, y otros problemas de salud mental concurrentes y abuso de sustancias- o aislamiento social, ya que las personas pueden preferir las relaciones en línea a las interacciones en la vida real con familiares o amigos.
P: ¿Por qué decidieron introducir un nuevo espectro de adicción a Internet?
- Antes, la clasificación era binaria: adicto o no adicto, y algunos sugerían un término medio. Un espectro detallado subraya la necesidad de intervenciones a medida y facilita la autocategorización, con lo que se espera aumentar la concienciación y fomentar el diálogo.
P: ¿Qué distingue el uso problemático de Internet de la adicción?
- Los límites entre ambos términos no están claros, y algunos los utilizan incluso como sinónimos. Teniendo en cuenta el espectro de la adicción a Internet, supongo que el grupo de usuarios ocasionales es el único del que no tenemos que preocuparnos, las siguientes categorías podrían denominarse usuarios problemáticos de Internet y las dos categorías superiores entran dentro de la adicción, en la que un grupo lo niega mientras que el otro reconoce abiertamente la adicción y todos los inconvenientes que conlleva.
P: ¿Puede explicar con más detalle la correlación entre edad y adicción?
- Nuestros datos indican que, en general, los usuarios ocasionales son mayores que los adictos, sin sesgo de género. Para esta relación nos basamos en datos autodeclarados. Actualmente estamos buscando colaboraciones con empresas de telecomunicaciones para analizar los datos reales de uso.
P: ¿Cómo podemos abordar la adicción a Internet?
- En primer lugar, debemos reconocer su gravedad y sus consecuencias. En segundo lugar, debemos analizar los datos reales de uso para elaborar mejores perfiles. Por último, necesitamos intervenciones adaptadas a las distintas fases de la adicción.