Tanto el cuerpo como la mente se ven respaldadas con la centella asiática, ya que brinda múltiples beneficios. Esta planta que proviene de la India es empleada para ayudar a las personas con problemas dematológicos y de estrés, a la par.
A su vez, resulta la más utilizada “en la fitoterapia occidental, donde se destacan sus virtudes sedantes, tónicas y vasodilatadoras”.
Web Consultas sostiene que “contribuye a potenciar la producción de colágeno, la proteína que interviene en la piel, en las articulaciones, los huesos y los músculos. Brinda dureza y firmeza a estos tejidos y detiene la flaccidez. El asiaticósido estimula la activación fibroblástica y el colágeno in vitro, lo que le confiere una clara acción reepitelizante”, ideal para la piel dañada.
Aporte de la centella asiática
“La centella es un excelente aliada contra la celulitis, aporta firmeza y elasticidad a la piel, y ayuda a eliminar con el tiempo los acúmulos de grasa y las estrías” en gran medida.
Se conoció que “muestra un efecto dermoprotector y antiinflamatorio, se indica sobre eccemas, forúnculos, dermatitis atópica y picaduras de insectos”.
“Mejora la permeabilidad capilar y favorece la cicatrización natural. Previene la formación y la persistencia de cicatrices muy visibles”, por otro lado.
Con respecto a la aplicación en su uso para sobre las heridas, úlceras, llagas, “restaura la piel dañada tras una intervención quirúrgica, una quemadura, o una herida con desgarro”.
Personas mayores
A la fecha, “la centella actúa como un vasodilatador cerebral. Se le atribuye la facultad de potenciar la memoria y la capacidad de concentración. Ayuda a disminuir los episodios de despistes y desorientación que afectan a muchas personas mayores”.
Sirve para potenciar la “circulación linfática –flujo de líquidos corporales–, ayuda a eliminar las toxinas por la orina, y a prevenir la aparición de impurezas” en la zona de la piel.