No hace entrar en detalles para explicar la grave problemática política y social que se vive en los últimos años en Venezuela, que han hecho que millones de personas hayan tomado la difícil determinación de abandonar su patria y tratar de rehacer sus vidas en otras latitudes del planeta.
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Sin embargo, no se puede eludir los insólitos casos de las particularidades y extremas medidas a la que han recurrido algunos para que el traslado hacia otro país sea posible. Es así el caso de Johandri Pacheco, una joven caraqueña de 23 años que apostó primero por trasladarse a sus 18 años a Perú y luego de casi media década a los Estados Unidos, pero que la ida al sueño americano le dejó un episodio trascendental.
Insólito nacimiento
Con 8 meses y medios de gestación, la joven decidió viajar desde la ciudad de Lima hasta la frontera de México junto a su pareja e hijo mayor de tan sólo 4 años, con la intención de atravesar la peligrosa y difícil zona limítrofe desde el techo de un tren de carga, popularmente conocido como “El Bolichero”.
Para sorpresa de todos, a pesar que matemáticamente le faltaban 12 días para que diera a luz, comenzó a entrar en trabajo encima de unos cartones que la protegían arriba del techo del tren, situación que originó que los testigos realizaran un desesperado mensaje en un pedazo de cartón para que el responsable principal del tren pudiera estar al tanto del suceso y ayudar con el nacimiento. “Está naciendo un bebé. Necesitamos que el chofer del tren se entere. Urgente”.
Para suerte de todos, en el mismo tren estaba un paramédico y mediante la ayuda de una especialista gracias a una simple llamada telefónica, nació el segundo hijo de Pacheco en territorio mexicano. Una activista de la asociación Agenda Migrante fue también de gran ayuda porque al enterarse de lo sucedido, logró enviar un equipo de rescate a la ciudad de Aguascalientes.
Aunque el hecho se dio a conocer este martes 26 de septiembre, los sucesos se originaron el pasado 25 de agosto. Además, se conoció, que el bebé se encuentra en perfectas condiciones y la familia, ahora de cuatro integrantes, todavía sigue esperando la oportunidad de pasar la frontera para radicarse finalmente en los Estados Unidos.