Aunque la gripe es más común en otoño e invierno, es posible su presencia en verano. Durante esta temporada se suele padecer menos resfriados que en invierno, porque los virus lo tienen más difícil para propagarse (a la mayoría les va mejor el frío, la baja humedad y la poca luz solar para sobrevivir).
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La gripe es una enfermedad infecciosa provocada por un virus; así como se puede contagiar en invierno también resulta posible en verano, dicen expertos.
Algunos virus pueden sobrevivir en la ropa, incluso, tras pasar por la lavadora. Una buena forma de eliminarlos es tendiendo al sol (o introduciendo las prendas en la secadora al menos durante media hora).
¿Cómo ayuda el sol a evitar la gripe en verano?
En verano el motivo más común son los cambios bruscos de temperatura que se sufre entre el exterior y los lugares con aire acondicionado. El farmacéutico José Antonio Valdez González declaró: “Con el aire acondicionado se irritan nuestras mucosas nasales, facilitando la entrada de rinovirus, que son los principales culpables de los resfriados”.
“Si bien tomar el sol puede ser beneficioso para mantener óptimos niveles de Vitamina D en la sangre, en épocas muy calurosas como este verano, el organismo debe trabajar más para mantener la temperatura corporal estable”, culminó de acuerdo con El Periódico.
Es sumamente beneficioso para el cuerpo que consuma más oxígeno y vitaminas que los rayos del sol lo proporcionan. Además, se ha demostrado que la luz solar estimula el movimiento de los linfocitos T, que juegan un papel clave en la respuesta del sistema inmunitario ante el ataque de gérmenes.
Reposo
Para recuperarse lo antes posible es importante pasar unos días de reposo, tomando algún antitérmico si es necesario, por ejemplo; si la fiebre se dispara por encima de 37,5 °C – 38 °C.
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Igualmente, un lavado nasal o un medicamento descongestionante puede ser de ayuda a la hora de eliminar la mucosidad y lograr sentirnos mejor. Ayuda el tomar suficiente cantidad de líquidos, especialmente agua e infusiones.
Los antibióticos no resultan eficaces frente a un resfriado de verano, ya que es un proceso vírico, no bacteriano. En este caso, hay que evitar la automedicación, puede ser contraproducente para tu salud.
