¿Qué le inspiró para iniciar el proyecto Banana21?
— Mi grupo, el Programa de Biotecnología Bananera de la QUT, ayudaba al grupo Kawanda, dirigido por Tush, de la Organización Nacional de Investigación Agrícola (NARO) de Uganda, a desarrollar su capacidad en biotecnología bananera, especialmente en la modificación genética de sus plátanos de cocina, los matooke. En 2004, la Fundación Bill y Melinda Gates convocó manifestaciones de interés para su iniciativa Grand Challenges in Global Health. Uno de los retos, el nº 9, consistía en desarrollar cultivos de alimentos básicos con micronutrientes biodisponibles mejorados. La carencia de vitamina A y la anemia ferropénica eran problemas importantes en Uganda. Así que juntos presentamos una solicitud a la Fundación Gates para mejorar genéticamente los plátanos de cocina de Uganda con niveles elevados de provitamina A y, en menor medida, de hierro.
Háblenos de cómo ha afectado la carencia de vitamina A a los países del África subsahariana y el sudeste asiático.
— La carencia de vitamina A es una de las cinco principales carencias de micronutrientes en el mundo, junto con el hierro, el zinc, el yodo y el ácido fólico. En los países en desarrollo que dependen en gran medida de cultivos básicos como el arroz, las patatas, el sorgo, el maíz y los plátanos, es inevitable que haya altos niveles de DVA (Deficiencia de Vitamina A -Ed.), principalmente porque estos cultivos suelen tener bajos niveles de provitamina A y las dietas de los más pobres entre los pobres dependen de estos cultivos para la mayor parte de su nutrición. La DVA causa ceguera nocturna, ceguera y, a menudo, trastornos en el desarrollo del cerebro y del sistema inmunitario, y puede ser mortal. La prevalencia puede alcanzar el 15% en Uganda.
Háblenos del superplátano que ha creado. ¿Qué características tiene?
— Hemos generado dos “superplátanos”, uno en matooke y otro en un híbrido llamado M9. Estos plátanos tienen niveles muy mejorados de provitamina A y han pasado por tres años de pruebas de campo. Se crearon añadiendo un gen adicional para la enzima fitoeno sintasa; la fuente de este gen fue otro plátano llamado Asupina que tiene de forma natural niveles muy altos de provitamina A.
¿Cuáles han sido los retos más importantes a los que se ha enfrentado durante su desarrollo?
— Ha habido numerosos retos. Desde los problemas técnicos iniciales hasta los logísticos y, más recientemente, la pandemia de COVID-19, que impidió al equipo de la QUT viajar a Uganda. Por último, el gobierno ugandés aún no ha aprobado la Ley de Bioseguridad, necesaria para que nuestros plátanos puedan ser certificados como seguros para el consumo y entregados a los agricultores.
¿Podría arrojar algo de luz sobre las posibles preocupaciones u oposiciones a los alimentos modificados genéticamente, y cómo las aborda el proyecto Banana21?
— La mayoría de las preocupaciones sobre los cultivos transgénicos son percibidas, no reales. Nuestros plátanos contienen una copia extra de un gen que se da de forma natural en los plátanos. Su consumo es absolutamente seguro. Sin embargo, siempre hay oposición. En este proyecto no ha habido mucha.
Aparte de la desnutrición, ¿existen otros beneficios o aplicaciones potenciales de la modificación genética del plátano?
— La otra gran aplicación es la resistencia a las enfermedades. Los plátanos sufren una serie de enfermedades debilitantes y a veces mortales. Mi grupo de la QUT ha desarrollado un plátano Cavendish casi inmune a la raza tropical 4 de la enfermedad de Panamá. Acabamos de solicitar la liberación comercial de este plátano en Australia. Si se aprueba, será el primer plátano transgénico comercializado en el mundo.
Además de vitamina A, ¿qué otros nutrientes contienen los “superplátanos”?
— Ninguno por el momento. Estamos trabajando para aumentar el nivel de hierro, lo cual es bastante prometedor.
Planes de futuro del Programa de Investigación Biotecnológica del Plátano
- Liberar los plátanos ugandeses a los agricultores.
- Liberarlos en África Oriental, que también consume grandes cantidades de plátanos.
- Elevar el hierro y la provitamina A juntos en un plátano.
- Desarrollar matooke con pro-vitamina A elevada mediante la edición de genes (no transgénicos).
- Añadir resistencia a las enfermedades.