En todos los aspectos la Inteligencia Artificial (IA) funciona. Por ende, en el campo de la salud no es excepción. El desarrollo de la tecnología aporta bienestar. Su aplicación no abre espacio a dudas hasta el momento.
“Es una tecnología que transforma para bien toda la industria de la medicina: desde el diagnóstico y tratamiento de enfermedades hasta la gestión de datos médicos y la mejora de la atención al paciente”, mencionó el portal Emprendores.
ResearchAndMarkets apuntó que llega a ser “un mercado, por otro lado, millonario: el valor estimado del mercado global de IA en el cuidado de la salud; será de 13.3 mil millones de dólares” este año.
¿Cómo aplica la IA a la salud?
Atención personalizada. Hoy día “la telemedicina y la asistencia virtual también son áreas que están desempeñando un papel importante, pues la IA ha permitido la comunicación entre pacientes y profesionales de la salud sin necesidad de estar físicamente presentes en el mismo lugar. Esto se logra a través de herramientas como videollamadas, aplicaciones móviles y dispositivos de monitoreo remoto”.
Monitoreo de pacientes. Los signos vitales de los pacientes son vigilados en tiempo real. Por ejemplo, “la presión arterial, la frecuencia cardíaca y los niveles de glucosa, y alertar a los médicos en caso de anomalías, es también una realidad. Esto hace efectivo el seguimiento continuo y proporciona una respuesta rápida”, en emergencias.
Precisión en intervenciones. “Los sistemas de esta tecnología pueden asistir a los cirujanos durante los procedimientos quirúrgicos, proporcionando información en tiempo real y ayudando a mejorar la precisión. Asimismo, mediante robots, es posible realizar movimientos estables”, mejora los resultados y disminuyendo el peligro de errores.
Diagnósticos más certeros
“La IA puede analizar grandes cantidades de datos médicos, como imágenes de resonancia magnética y tomografías computarizadas, para ayudar en el diagnóstico y la detección temprana de enfermedades”.
Incluso, “los algoritmos pueden identificar patrones y anomalías que pueden pasar desapercibidos para los médicos, lo que permite diagnósticos más puntuales y oportunos”, sin duda.