El presidente, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva que otorga las decisiones sobre el enjuiciamiento de delitos militares graves, incluidas las agresiones sexuales, a fiscales militares independientes, quitando ese poder a los mandos de las víctimas.
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La orden implementa formalmente la ley aprobada por el Congreso en 2022 con el objetivo de reforzar las protecciones para los miembros del servicio, que a menudo estaban a merced de sus comandantes para decidir si tomaban en serio sus denuncias de agresión.
Una lucha ganada
Los miembros del Congreso, frustrados por el creciente número de agresiones sexuales en el Ejército, lucharon con los líderes de Defensa durante varios años sobre el tema.
Argumentaban que, en ocasiones, los mandos estaban dispuestos a ignorar acusaciones o incidentes en sus unidades para proteger a los acusados de delitos y que el uso de abogados independientes reforzaría los procesamientos. Los jefes militares se opusieron, alegando que podría erosionar la autoridad de los mandos.
El cambio fue una de las más de dos docenas de recomendaciones formuladas en 2021 por una comisión independiente de revisión de las agresiones sexuales en el Ejército, creada por el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y fue incluida en el proyecto de ley anual de Defensa del año pasado. Pero como requiere un cambio en el Código Uniforme de Justicia Militar, necesitaba una acción presidencial formal.
Cambio radical
En una llamada telefónica con periodistas para anticipar la orden, altos funcionarios de la Administración Biden dijeron que se trata del cambio más radical del código jurídico militar desde su creación en 1950.
El Pentágono ya había trabajado para lograr este cambio. Hace un año, el Ejército de Tierra, la Armada, la Infantería de Marina y las Fuerzas Aéreas crearon las nuevas oficinas de asesoramiento especial para juicios, que asumirán la autoridad sobre las decisiones de enjuiciamiento a finales de este año. A partir del 1 de enero de 2025, esa autoridad se ampliará para incluir los casos de acoso sexual.
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Los cambios se producen en un momento en el que el Ejército sigue lidiando con el creciente número de denuncias de agresiones sexuales en sus filas.
Avances
Si bien ha hecho avances para que sea más fácil y más seguro para las tropas denunciar, ha tenido mucho menos éxito en reducir el número de agresiones, que han aumentado casi todos los años desde 2006. En total, hubo más de 8,942 denuncias de agresiones sexuales a miembros de las Fuerzas Armadas durante el año fiscal 2022, un ligero aumento respecto a las 8,866 del año anterior.
Los funcionarios de Defensa sostienen desde hace tiempo que el aumento de las denuncias de agresiones es una tendencia positiva porque muchas personas son reacias a denunciarlas, tanto en el Ejército como en la sociedad en general. Un mayor número de denuncias, dicen, demuestra que hay más confianza en el sistema de denuncias, mayor comodidad con el apoyo a las víctimas y un número creciente de agresores que rinden cuentas.
