De las frutas que más gusta sobresale la manzana. Representa una de las más versátiles, populares y con buen sabor. Asimismo, brinda una amplia gama de bondades para el bienestar del ser humano, aparte de ser refrescante y dulce.
La manzana, especialmente, ofrece beneficios al aparato digestivo: lucha contra el estreñimiento, fortalece la digestión, mejorándolo en gran medida; tal fruta aporta fibra soluble, dado que la constituye al menos cuatro gramos de fibra, aproximadamente, en promedio.
Al generar la fibra soluble, por medio del sistema digestivo facilita el paso de heces, además de ablandar completamente. Sin duda, en los intestinos suele ser una agente de volumen. No obstante, hay que evitar el consumo de las semillas.
¿Por qué no comer las semillas de manzana?
En el corazón de la manzana existen “cinco pequeños bolsillos de semillas que, al masticarlas, tienen un sabor amargo; hay quienes sugieren que son saludables, mientras que otros afirman que son venenosas”, con respecto a su consumo.
“Estas semillas son fuente de proteínas, fibra dietética y lípidos, que se encuentran sobre todo en su endospermo. De ahí la hipótesis que sugiere que pueden beneficiar la salud digestiva, cardiovascular y metabólica”, de acuerdo con una investigación expuesta en la revista Nutrients.
Y es que “más allá de los nutrientes que contiene, concentran una sustancia conocida como ‘amigdalina’, que al metabolizarse se degrada en cianuro de hidrógeno (HCN). Esta causa envenenamiento y afecta la capacidad de las células para utilizar el oxígeno”, publicó.
“Estas semillas contienen amigdalina, una sustancia que, cuando entra en contacto con las enzimas del estómago, produce cianuro”, confirmó Fayer Wayer.
Evita cantidad
Aunque “es poco probable que las semillas de la manzana causen intoxicación y muerte. Para tener algún efecto y que suceda algo grave, una persona debería ingerir más de 150 semillas. Una sola manzana tiene un promedio entre 5 y 8 semillas”,argumentó Enclyclopedia Britannica.