En su mayoría, al cortisol se le relaciona directamente con los síntomas de estrés. Suele ser una hormona que no puede faltar en el cuerpo, sumamente imprescindible; resulta la encargada de poner en marcha a cada persona, día a día.
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Tiene gran relevancia porque, además, prepara al ser humano para encarar retos mentales y físicos que la vida presenta.
“El cortisol es una hormona que se produce normalmente en el cuerpo, particularmente en las glándulas suprarrenales (...)”, indicó el jefe de Salud Mental del Hospital Alemán Rolando Salinas.
En conversación con Infobae, el profesor de Psicología de la Salud en Universidad Católica Argentina (UCA) afirmó que “(...) sus funciones son múltiples, pero es muy importante en los mecanismos de adaptación al estrés”.
El papel del cortisol
Es “una hormona glucocorticoidea que desempeña un papel crucial en la regulación del metabolismo de los carbohidratos, favorece la formación de glucosa, aumenta la presión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria (...)”, explicó la directora de Maffei Centro Médico, Laura Maffei.
Según la endocrinóloga, el cortisol “(...) interviene en la vasoconstricción de las arterias de la piel, (por lo cual palidecemos ante el estrés) y también suprime la actividad del sistema inmunológico”.
A tal magnitud, “se la conoce como la ‘hormona del estrés’ porque ayuda al cuerpo a responder y adaptarse a las situaciones de estrés. Es importante saber que frente a una alerta o un cambio nuestro cerebro aumenta su capacidad de concentración y memoria”, respectivamente.
Ciclo de 24 horas
“Durante la noche va disminuyendo gradualmente ya que en ese momento las células y funciones en general paran por un período de reparación. Por ello, la liberación del cortisol sigue un ritmo circadiano, es decir, un ciclo de 24 horas que se incrementa durante el día, para estar alerta a posibles amenazas, y se reduce por las noches”, finalizó Maffei.