Un hombre que sobrevivió al ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 contra las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York perdió la vida cuando intentaba rescatar a un niño en apuros en el lago Michigan.
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Luke Laidley, de 43 años y padre de tres hijos, navegaba con otras personas al norte de Chicago cuando vio que un niño había caído de una balsa y tenía problemas para mantenerse a flote, decidió lanzarse al agua para poder rescatarlo, según dijeron testigos de lo ocurrido a la agencia de noticias The Associated Press.
Fallecido
Laidley, oriundo de Winnetka (en Chicago, Illinois), murió ahogado tras ser rescatado y trasladado a un hospital de Evanston. Su familia explicó en su obituario que cuando tenía 21 años, en su segundo día de trabajo en la firma Morgan Stanley, sobrevivió al choque de un avión secuestrado contra la torre sur del World Trade Center.
Más de 1,100 personas se han ahogado desde 2010 en los Grandes Lagos, muy peligrosos por sus corrientes, según el Great Lakes Surf Rescue Project. El riesgo de ahogamiento afecta sobre todo a los niños, y no se limita a esta zona del país: es la principal causa de muerte de menores de 1 a 4 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés).
Registros de accidentes en el agua
Según el diario The New York Times, la semana pasada un niño de 4 años falleció en la piscina de un hotel de Texas, otro de 5 en un río de California, uno 6 en un lago de Missouri y otro de 10 en una piscina pública de Indiana.
Aunque el número total de muertes por ahogamiento ha disminuido en un tercio desde 1990, sólo en 2020 aumentó un 16.8%, según los CDC. Cada año, se producen más de 4,000 ahogamientos en el país, y aproximadamente una cuarta parte de esas muertes son de niños.
A pesar de las advertencias de Naciones Unidas, Estados Unidos es uno de los únicos países desarrollados que no tiene un plan federal para enfrentar ese problema, y 30 años de progreso en la reducción del número de muertes parecen haberse estancado.
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Los CDC apuntan algunos factores que agravan el riesgo:
- Que niños y adultos no sepan nadar o no lo hagan bien.
- La falta de vallas o protecciones alrededor de piscinas para evitar que niños pequeños puedan caer al agua.
- La desatención de padres o cuidadores: los ahogamientos de niños sin supervisión pueden ocurrir muy rápido en el mar, en lagos, en piscinas, en bañeras e incluso en barreños de agua.
- Entre los menores de 1 años, dos tercios de los ahogamientos ocurren en bañeras. En niños de 1 a 4 años la mayoría sucede en piscinas en viviendas. En menores de 5 a 14 años, el 40% ocurre en mares, lagos, ríos, etcétera; y el 30% en piscinas.
- No llevar chaleco salvavidas, en especial en actividades acuáticas.
- Beber alcohol: en adolescentes, está presente en el 70% de las muertes por actividades recreativas como nadar o ir en bote. Además, el uso de algunas medicinas también implica riesgo.
Análisis
Un análisis de los CDC muestra que los niños negros de entre 5 y 9 años tienen 2.6 veces más probabilidades de ahogarse en piscinas que los niños blancos. En el caso de los jóvenes negros de entre 10 y 14 años las probabilidades son 3.6 veces más.
Las disparidades también están presentes en la mayoría de los grupos de edad para los niños asiáticos y de las islas del Pacífico, hispanos y nativos estadounidenses y de Alaska.