Diversos investigadores decidieron desarrollar un virus artificial para conseguir la medicina personalizada y la terapia génica.
“Así funcionan los vectores artificiales que pueden entraren las células humanas para realizar tareas específicas, como la edición génica, y por tanto dar un nuevo paso hacia la llamada medicina personalizada”, señalaron los autores.
Conforme a los resultados difundidos en Nature Communications, se conoció que “la principal novedad de estos compuestos es que los construyen a partir de virus que infectan bacterias. Entre otras ventajas, eso permitiría evitar la posible memoria de nuestras defensas ante ellos y disponer de una mayor capacidad”.
Terapias génicas y medicina personalizada
Tales nanopartículas, “tienen el potencial de transformar las terapias génicas y la medicina personalizada”, de acuerdo a lo publicado por la revista.
“Los virus son eficientes máquinas biológicas capaces de replicarse y ensamblar rápidamente progenie. Los virus humanos naturales, como los lentivirus, previamente se han modificado para administrar ADN o ARN terapéutico en animales, pero tenían capacidades de administración limitadas y distintos problemas de seguridad”.
A tal magnitud, “aprovechar los mecanismos virales mediante la construcción de vectores virales artificiales programados con moléculas terapéuticas podría realizar reparaciones beneficiosas” en virtud de colaborar con la restauración de la salud de los humanos.
Bacteriófago
El recubrimiento de un bacteriófago es posible, según el artículo divulgado: T4 con un lípido, específicamente. “Una innovación que facilita la transferencia de tratamientos salvadores de vidas a las células humanas”.
El profesor de biología de la Universidad Católica de América, Venigalla Rao, declaró: “Esto supone un gran avance para ampliar el espacio existente en la terapia génica, y también para crear un nuevo espacio para futuros tratamientos”.
Respectivamente, “creemos haber demostrado que hay una vía para desarrollar tratamientos seguros y eficaces basados en bacteriófagos con un potencial curativo casi ilimitado para enfermedades genéticas como la enfermedad de células falciformes, la diabetes y el cáncer”.