Dianna Agron y Thomas Haden Church abordan una complicada dinámica padre-hija en su último largometraje, ‘Acidman’.
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Maggie, interpretada por Agron, abandona su hogar (y sus propias situaciones complicadas que se van revelando a medida que avanza la historia) para encontrar a su padre, interpretado por Church, que ahora reside en un lugar aislado en lo profundo de Oregón, Estados Unidos.
Lloyd, al que algunos lugareños llaman “Acidman”, ha cambiado mucho en la década que su hija y él llevan sin hablarse, y ella quiere salvar la distancia que les separa para reparar su relación. Pero, tal y como vemos desarrollarse en la pantalla, no sucede fácilmente, pero sí de forma hermosa con un guión crudo y mucha improvisación emocional e hilarante con el pequeño reparto.
Para profundizar un poco más, Agron se sentó a charlar sobre la película, su personaje y lo que supuso hacer esta sincera película que, en última instancia, examina algo por lo que todos luchamos: la conexión humana y las relaciones.
P: Alex te envió este guión. ¿Cuáles fueron tus primeras impresiones y por qué te embarcaste en este proyecto?
- Me encantó el trabajo de Alex (Lehmann), me encantaron “Paddleton” y “Blue Jay”, y le hice saber que quería trabajar con él. Me envió un guión, y originalmente lo había imaginado y diseñado para que fuera una obra de padre e hijo. Me lo envió pensando que, ya sabes, serían Maggie y Lloyd y me preguntó qué me parecía su guión. Tuvimos una conversación preciosa. Me sentí inmediatamente conectada con él y con su proceso cinematográfico, que incluye mucha improvisación, algo que realmente quería explorar... especialmente con él, sabiendo que yo había visto cómo habían sido sus otras películas y lo especiales que eran.
Y por suerte Thomas, al que veíamos tan bien como Lloyd, dijo que sí. Los tres estuvimos hablando durante meses sobre nuestras vidas personales y sobre quiénes eran estos personajes, y en quiénes se habían convertido mientras no habían tenido acceso el uno al otro porque hay un intervalo de 10 años en el que no han hablado. Así que fue muy útil tener tantas conversaciones sobre lo que esos mundos habían sido el uno para el otro antes de llegar a Oregón y rodar la película.
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P: Mencionó que usted y Alex siempre tuvieron en mente a Thomas para interpretar a Lloyd. ¿Qué tiene que les hizo pensar en él para este papel?
- Thomas tiene una calidad maravillosa en sus interpretaciones: su calidad vocal, su forma de ser y lo que aporta a sus personajes. Y fue algo que ambos discutimos inmediatamente, y teníamos muchas esperanzas de que respondiera al guión y a su personaje. Y así fue. Fue muy armonioso que todo se desarrollara de una manera tan fácil y, en cierto sentido, parecía que tenía que haber sido así.
P: ¿Por qué le atrajo como actriz el estilo de improvisación de Alex? Especialmente con una historia tan emotiva como ésta.
- En una obra como ésta, sobre todo si es de dos actores, pasas mucho tiempo con estos personajes en pantalla. Creo que la libertad de decirnos unos a otros: ok, realmente entendemos estos mundos y realmente entendemos estos personajes, y en cada escena, entendemos cuál es el objetivo, lo que el personaje quiere, lo que el personaje está tratando de decir y lo que va a hacer avanzar la historia. Luego también la flexibilidad de lo que se te ocurra decir.
Hay algunos momentos, y creo que cuando ves la película, puedes imaginar que lo que sale de Thomas o de mí es realmente honesto y natural. Es el resultado de meses de conversaciones y de la libertad de intentarlo. Sé que es mucho más difícil para Alex y Courtney, nuestra maravillosa montajista, después de la película, porque tienes muchas opciones. Así que tienes que entender que a veces, aunque un momento sea maravilloso y desgarrador o divertidísimo, no encaja en la escena y, por lo tanto, no puede aparecer en la película final. Pero hay muchas cosas que se intentaron y muchas cosas que aparecen en la película que no podríamos haber previsto.
“La esperanza y el objetivo de esta película es que si alguien la ve, pueda tomar el teléfono y llamar a alguien que hace tiempo que no llama”.
— Dianna Agron, actriz estadounidense.
P: ¿Destaca alguna escena de “Acidman” que haya surgido de la improvisación?
- Hubo un momento, y fue la primera escena en la que siento que el personaje de Thomas y el mío se divierten juntos, en la parte de atrás del camión. Había tantos detalles de la historia que Thomas contaba que eran muy, muy divertidos. Gran parte de ella estaba basada en una historia de su juventud, y él no paraba de adornarla. Ojalá la historia completa hubiera llegado a la película final, pero fue un momento muy divertido para nosotros como personajes. Porque gran parte de lo que habíamos rodado antes eran momentos de tensión y momentos en los que no éramos capaces de establecer una conexión. Así que esa escena, en particular, me encantó.
P: Hablemos de su personaje, Maggie. ¿Qué le ocurre a lo largo de la película?
- Creo que es un gran salto el que da al presentarse en la puerta de su padre, sin saber cuál va a ser su reacción, sin haber hablado con él en una década. Han pasado muchas cosas y han cambiado muchas cosas. Y, sin embargo, tiene su lista de deseos. Quiere restablecer una relación, quiere sentir familiaridad, quiere todas esas cosas y él no se las va a dar de la forma que ella espera o posiblemente predice.
Eso fue lo más divertido de trabajar con nuestros personajes en el plató. En las relaciones, sólo puedes ser tú mismo y no puedes controlar a los demás, sólo puedes ofrecer verdadera honestidad y vulnerabilidad y luego ver qué pasa. Cuanto más abiertos y vulnerables se muestran el uno con el otro, más se desbloquean las cosas. Hay ciertas escenas en las que uno de los dos se ablanda y el otro levanta muros, y creo que yo quería que dieran un paso adelante. Sentí mucha compasión por ellos como personas que, en el fondo, se quieren y que, a lo largo del tiempo, han tomado decisiones que no les han sentado bien, y ha pasado demasiado tiempo.
P: ¿Qué espera que se lleve el público de “Acidman”?
- Creo que para nosotros, la esperanza y el objetivo de esta película es que, si alguien la ve, tome el teléfono y llame a alguien que hace tiempo que no llama, o que establezca una conexión que da un poco de miedo intentar, y que pueda tener un resultado positivo si se da ese primer paso.
87
minutos dura la película.