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¿Sobre qué trata el síndrome de las piernas inquietas?

“El síndrome de piernas inquietas es más que un trastorno del sueño”.

Uno de los trastornos más comunes del movimiento resulta el síndrome de las piernas inquietas, revela estudio realizado recientemente en Europa. Incide, sobre todo, en las mujeres; en los hombres afecta menos la patología.

La presidenta de Asociación española de síndrome de las piernas inquietas, Ana María Jiménez, “no se sabe exactamente el por qué. Pero, generalmente aparece en el embarazo. En algunos casos desaparece después del parto, pero, en otros se queda ahí instalado”, explicó.

Aunque se desconoce su procedencia, especialistas aseguran que hay un “componente de predisposición genética”. Esto, dado que cuentan con antecedentes familiares una tercera parte de los pacientes, indican diversos medios de comunicación.

Relación del síndrome de las piernas inquietas con la dopamina

La médico María Jesús Martínez habló sobre la conexión entre la dopamina y el síndrome de las piernas inquietas. “Se sospecha que el origen de este síndrome puede guardar relación con un descenso de la dopamina, que es un neurotransmisor cerebral necesario para la realización y coordinación de movimientos (…)”, subrayó.

Agregó que existen análisis “(…) que inciden que determinados problemas en el transporte de hierro al cerebro pueden provocar estas alteraciones en la síntesis de la dopamina”.

Cuando el neurólogo sueco Dr. Ekbom “realizó la primera descripción moderna de este cuadro” empezó el avance científico en 1944, pese que desde el sigo XVII se tenía conocimiento del trastorno neurológico.

Más que un trastorno

La coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología, Ana Fernández Arcos, aseveró que es más que un trastorno.

“El síndrome de piernas inquietas es mucho más que un trastorno del sueño: cuando se asocia a la privación crónica de sueño, que conlleva problemas de cansancio, de rendimiento y dificultad para realizar las actividades diarias, alteraciones cognitivas y en las relaciones sociales y familiares, este trastorno provoca una mayor predisposición a desarrollar trastornos ansioso-depresivos”, mencionó.

A su vez, “hipertensión arterial, así como otros trastornos de tipo cardiovascular”. Frente a esta situación, especialistas instan a la concienciación social y estudiar maneras para mejorar el diagnóstico.

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