P: ¿Cómo se le ocurrió la idea de diseñar una silla de oficina con forma de ataúd?

- El escenario para el diseño era bastante oscuro. En aquella época trabajaba en una casa apenas amueblada y tenía que utilizar a diario una silla barata de eBay. Fue un periodo bastante oscuro de mi vida. Tenía que hacer un trabajo que no me gustaba, me divorcié y todo parecía desesperanzador.

La primera visión de la silla me vino cuando estaba en el salón de mi amigo tumbado en el suelo con las piernas sobre el sofá. Pensé que si moría en esta postura tendrían que enterrarme así. Sería muy incómodo meterme en un ataúd. Probablemente necesitarían uno especial en este caso. Se lo conté a mi amigo y nos reímos, pero después de un par de semanas, volví a esa idea y la exploré un poco más.

P: ¿Cuál es el mensaje que quiere difundir con “La silla de oficina del último turno”?

- Espero que la obra ofrezca a la gente otra visión del estado actual de nuestra sociedad. Espero fomentar un pensamiento crítico que les ayude a cuestionar las cosas que les rodean.

P: Háblenos de su opinión sobre la cultura del exceso de trabajo.

- Mientras pasamos la mayor parte del tiempo en el trabajo, machacando el día, la mayoría de nosotros no puede permitirse algunas cosas básicas. La brecha entre ricos y pobres crece exponencialmente. Lo que resulta chocante es que está ampliamente aceptado por la sociedad, se ha convertido en una norma que pasemos nuestras vidas en el trabajo matándonos lentamente y sin obtener casi nada de ello. Toda la cultura de la explotación está mal, me parece que es una esclavitud voluntaria. Nos han hecho creer que esta es la vida tal y como se supone que debe ser. Nos sentamos en esos ataúdes y generamos valor para las partes interesadas, pero cuando llega el momento nos clavan la tapa y nos llevan al cementerio de la empresa.

P: Usted publicó el diseño en 2021. ¿Por qué cree que tardó tanto tiempo en darse a conocer?

- Es interesante cómo se hizo viral en Twitter en una noche. Estaba a punto de irme a dormir el viernes por la noche cuando mi amigo me envió un mensaje diciéndome que “La silla del último turno” se había hecho viral. Lo comprobé y en ese momento había 126k likes. A la comunidad de los videojuegos le gustó mucho, lo que me sorprendió. Al principio no me dieron crédito, pero más tarde una revista de diseño publicó un artículo en el que buscaban al autor, les escribí y desde entonces la cosa empezó a extenderse.

P: ¿Piensa hacer versiones físicas de las sillas de oficina con forma de ataúd?

- Veo la silla como un objeto de arte más que como un mueble producido en serie. Al fin y al cabo, es un ataúd. Sin embargo, al ver la buena acogida que ha tenido, he decidido fabricar trece sillas. Cada silla tendrá sus características y temas únicos. Compartiré el proceso de diseño y fabricación en mis redes sociales.

P: ¿Qué le depara el futuro a sus creaciones? ¿Y cuáles son sus planes futuros?

- Seguiré trabajando en esas trece sillas, eso seguro. Como el problema que he tocado resuena en mucha gente, me comprometo con mis seguidores en Instagram y los invito al proceso de diseño. Mientras tanto, pronto terminaré un proyecto sobre el aumento del coste de las facturas de la calefacción, así que estén atentos.

“Se ha convertido en una norma el hecho de que nos pasemos la vida en el trabajo matándonos lentamente y sin sacar casi nada de ello. Toda la cultura de la explotación está mal, me parece una esclavitud voluntaria”

—  Chairbox, un diseñador del Reino Unido

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sillas reales con características y temas únicos es lo que Chairbox planea crear.