Primero logró su sueño y ahora ayuda a cumplir el “sueño americano” de otros. Juan Ferrari es un empresario argentino que llegó a Estados Unidos con la finalidad de desarrollarse aún más. Hoy día habla de planes tras fundar Alex Coffee Roasters y poseer locales en Nueva York, Miami, Estados Unidos.
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El experto en buceo, andinismo, y paracaidismo, dio vida a su cadena, empezando con un foodtruck en Pilar, con el respaldo de dos amigos, Martín y José. Para el nombre y logo sirvió de inspiración su perro Alex. Lo cautivó el café especialidad, el cual resulta un grano de calidad.
Recientemente, el emprendedor argentino festejó la bienvenida de un shopping de ensueño en el downtown de Miami: apertura del local en el Brickell City Center.
“El sueño americano” con Alex Coffee Roasters
El medio La Nación precisó que Ferrari, quien vive con su familia y cuenta con al menos cinco locales en Argentina, posee uno en Wynwood. Al sur de Florida aspirar tener más, así como ayudar a otros alcanzar “el sueño americano”.
Relató: “Uno será un tostadero, y tres más serán franquicias que pueden ser food trucks o locales chicos. Ya tenemos todos los documentos para empezar con las franquicias, pensamos un modelo muy eficiente”. Ferrari se enfocará en dos tipos de inversiones. Por un lado, el modelo tradicional a través del cual el inversor firma con la marca para instalar una franquicia, no tiene apuro.
En segundo lugar, explicó, “la opción tiene un retorno de tasa fija al principio, donde el único riesgo lo asumimos nosotros al igual que las demoras en el proceso. El inversor entra cuando ya está el local habilitado y vacío, para poner el mobiliario, equipos y empezar”.
Añadió: “Tenemos un modelo propio de construcción de locales, y queremos ser una muy buen alternativa para los que quieren tramitar su visa y eventualmente vivir en Estados Unidos. Tengo el sueño personal de impactar en la vida de familias emprendedoras, que puedan tener su propio negocio y si así lo desean puedan emigrar”.
Cifras
Después de la cafetería pequeña, el local grande, el foodtruck resulta la opción más accesible.
La evidencia alude a un mínimo de US$180.000, aunque en la ley no se especifica un mínimo de inversión en virtud de tramitar una visa.
Aseveró: “El producto ideal para una visa E2 es desembolsar lo más cercano al mínimo, y que, entre el ingreso del negocio, más el trabajo del cónyuge (la visa le da permiso de trabajo), esa familia pueda vivir. Estoy convencido que nuestro producto lo puede lograr”.