Sin importar color, estatus social, oficio, nacionalidad, emprender en Estados Unidos sí es posible… Y es que sobresale como el país de las oportunidades. El español Daniel Soberón lo confirma. Desarrolló una importadora y distribuidora de vino con la esencia de su región natal.
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Nueva York fue el destino que escogió junto a su amada para emigrar hace casi 14 años. “Los inicios fueron bastante duros. Yo llegué a NY con un nivel de inglés muy básico, tuve que aprenderlo a marchas forzadas por pura necesidad. Yo era informático de profesión, pero me di cuenta de que no podía desarrollar mi trabajo por lo menos en ese momento”, indicó.
En entrevista con el portal Cinco Días, relató: “decidí que quería seguir conectado a España laboralmente y vi una oportunidad con el vino español. Me especialicé en mi propio país y hace cinco años creé una importadora/ distribuidora de vino, Soberon Wines Inc.; trabajamos con pequeños productores donde la calidad es lo más importante y distribuimos en los estados de Nueva York y Connecticut”.
¿Es fácil emprender en Estados Unidos?
El informático, que se prohíbe olvidar a su tierra, piensa que es más complicado emprender en España que emprender en Estados Unidos. Habla sobre las distinciones entre ambos países.
“La principal diferencia es la burocracia. En USA te lo ponen fácil a la hora de emprender. Los trámites administrativos no son tan pesados como en España y a la hora de pagar impuestos lo haces en relación de tu actividad”, aclaró.
En contraste, “no existe la figura fiscal del autónomo y ese pago mensual sin tener en cuenta la actividad. Entiendo el sistema español y la cobertura hacia el trabajador/autónomo, pero creo que frena el emprendimiento. Especialmente, en la gente joven que tiene nuevas ideas, pero no se deciden por las cargas fiscales/administrativas”.
El lado positivo de la pandemia
A diferencia del resto, la pandemia fue positiva para él. Le ayudó para organizar sus proyectos y vida. Desde Estados Unidos, invirtió en una bodega Cántabra. “Mi principal motivación en la bodega es poder estar más conectado a Cantabria. Tener una razón laboral por la que volver a mi tierra”, especificó.
Al mismo tiempo, concretó: “Quería comenzar algo relacionado con lo que ya hago en USA y una bodega era algo que llevaba pensando desde hace tiempo. Encontré a mis socios de Bodegas Sel D’aiz (Asier y Miriam), un poco por casualidad, pero desde el primer momento conectamos muy bien y creemos en el potencial de la bodega y el proyecto”.
El emprendedor en Estados Unidos cree firmemente en el deporte y, dado tal pensamiento, trabaja en promover carreras deportivas de estudiantes españoles.
