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Resuelven un crimen 46 años después gracias al ADN: una taza de café fue clave

El criminal fue capturado. Mató a una chica en 1975. Una taza de café fue clave.

Hace 46 años, un hombre entró a la casa de una joven recién casada y la mató de 19 puñaladas. La atacó y violó antes de escapar del sitio. El crimen ocurrió en Pensylvania (Estados Unidos) y desde entonces era un terrible misterio sin resolverse.

Durante ese tiempo, el asesino llevó una vida normal, se casó varias veces, tuvo hijos y apenas tuvo líos con la justicia al admitir que estaba espiando a una señora que tomaba un bronceado cuando trabajaba en un sitio.

Sin embargo la tecnología del ADN logró desenmarañar el caso más difícil del estado luego de un empeñoso propósito de los investigadores.

Los hechos

“El espantoso asesinato de Lindy Sue Biechler una joven recién casada de 19 años, ocurrió la noche del 5 de diciembre de 1975, era viernes. La tía y el tío de Biechler habían pasado por su apartamento de Manor Township para intercambiar recetas. Pero cuando llegaron al edificio, encontraron lo que dijo Adams “solo puede describirse como una escena horrible”. Biechler yacía en el piso de la sala, con los jeans desabrochados y el cuerpo cubierto con 19 puñaladas”, citó Infobae.

Bolsas de comestibles estaban en la mesa del comedor. La joven esposa los estaba descargando cuando llegó su atacante, dijo la policía. Ella luchó ferozmente por su vida. Pero Biechler, quien trabajaba en una floristería, fue declarada muerta en la escena.

La víctima fue descrita por su esposo Phil como “extremadamente compasiva” e “increíblemente encantadora”. La policía no tuvo pistas, empezaba un largo misterio.

“En realidad, no tenemos nada en este momento”, dijo el jefe de policía de Manor Township, Donald W. Sheeler, el día que enterraron a Biechler, según citó el Intelligencer Journal.

Lo atraparon por el ADN

El tiempo pasó, pero el caso no estaba cerrado y muchas voluntades trabajaron para encontrar al culpable.

Resulta que dentro de las evidencias recolectadas había fluidos del criminal en la ropa de la víctima. Esa evidencia, gracias a la genealogía de ADN, fue sometida a análisis y arrojó que pertenecía a una persona originaria de Italia, específicamente en Gasperina.

Con ese dato tan preciso, se cruzaron informaciones de los diferentes sospechosos, más de 300 pero aún no daban con el culpable.

Luego se incluyó el nombre de David Sinopoli que vivía cerca del sitio del crimen. Para poder cruzar la evidencia esperaron pacientemente a que el sujeto, ahora de 68 años, dejara rastros.

En febrero de este año, Sinopoli se sentó en una cafetería del aeropuerto con su esposa y otra pareja pasando el tiempo mientras esperaban su vuelo temprano en la mañana.

“Sin que el hombre de Pensilvania de 68 años lo supiera, los detectives estaban observando. Y después de que arrojó una taza de café a un basurero en la Terminal A del Aeropuerto Internacional de Filadelfia, se apresuraron a recuperarla”. Esta sería la prueba reina, ya que al aplicarle la genealogía genética arrojó que tenía el mismo origen italiano y de la misma región, Gasperina.

“Las autoridades hicieron su tan esperado arresto el domingo por la mañana; Sinopoli, un antiguo residente del complejo de apartamentos en el que vivía Biechler, fue detenido y detenido sin derecho a fianza.

Captura de pantalla de la rueda de prensa de la policía de Lancaster County, Pennsylvania”, precisó el medio. No hay crimen perfecto.

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