Este martes el Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos mantenía una reunión sobre la legislación del control de armas que restringiría la venta y propiedad de las llamadas “armas de asalto”.
Lo que no sabían era que en el lugar se encontraba alguien que ha vivido en carne propia lo que la venta desmedida de armas puede hacer. Nos referimos a David Hogg, quien sobrevivió al tiroteo masivo de la escuela secundaria Stoneman Douglas en Parkland, Florida, en febrero de 2018.
En esta recordada tragedia diecisiete personas murieron y otras diecisiete resultaron heridas, lo que lo convierte en el tiroteo más mortífero en la escuela secundaria en la historia de los Estados Unidos.
Según el medio Sputnik Internacional, “el comité de la Cámara de Representantes estaba debatiendo una legislación que restringiría en gran medida la venta, fabricación, transferencia o posesión de armas de asalto semiautomáticas y dispositivos de alimentación de municiones de gran capacidad”.
El proyecto de ley define como armas de asalto una serie de armas de fuego, que van desde pistolas semiautomáticas con un soporte estabilizador y un cargador no fijo hasta escopetas semiautomáticas con cilindros giratorios.
La legislación prohíbe la importación o venta de nuevas armas de asalto en los Estados Unidos. Sin embargo, la venta o transferencia de armas de asalto con derechos adquiridos requeriría una verificación de antecedentes por parte de un comerciante de armas con licencia según el proyecto de ley.
Resulta importante resaltar que el asesino de Parkland, Nikolas Cruz, está esperando en las próximas semanas su sentencia definitiva que podría ser la pena de muerte.