No cabe duda de que una gran cantidad de personas esperamos que llegue nuestra hora de encontrarnos con la cama, para recuperar la fuerza que perdimos durante el día.
Muchos consideran que dormir es uno de los momentos más agradables que viven los seres humanos.
Sin embargo, para obtener un descanso pleno es necesario que pongamos atención en la limpieza de nuestra sabanas, cobijas, colchones y, por supuesto, almohadas.
Los gérmenes y bacterias de las almohadas y sábanas
Aunque puede sonar exagerado, lo cierto es que es estos artículos son un lugar perfecto para cultivar miles de bacterias; de hecho, se pueden encontrar más que en los baños.
Las cifras ponen a pensar a más. Únicamente un tercio de los británicos lava sus sábanas sólo una vez al año, de acuerdo a una encuesta hecha por la firma de muebles, Hammons.
Mientras tanto, en Estados Unidos tampoco pueden presumir por la higiene que tienen a la hora de dormir. En el país de las barras y las estrellas, 55 por ciento de los hombres solteros, de entre 18 y 25 años, reconocen que sólo cambian la ropa de cama cuatro veces al año, de acuerdo a Bussiness Insiders.
Limpieza, ácaros y alergias
La limpieza en este lugar es muy importante, ya que, noche a noche, nuestra piel se regenera y desprende 15 millones de células. Esto se vuelve la comida perfecta para los ácaros del polvo.
En otras palabras, es un caldo de cultivo muy peligroso para los 20 millones de estadounidenses con alergias. Lo peor es que no es el único “invitado indeseado en una cama”. Los especialistas calculan que en la almohada puede haber, incluso, más bacterias que en la tapa del inodoro.
Hasta 16 especies de hongos en las almohadas
De hecho, en uno de estos objetos se han encontrado hasta 16 especies diferentes de hongos y millones de esporas. El más dañino es el “Aspergillus fumigatus”, que puede infectar los pulmones. También se han hallado bacterias como el “Staphylococcus aureus”.
Las suciedad en la cama puede provocar, además, acné y otros problemas dermatológicos. Y es que, si el individuo se aplica alguna crema, se traspasa a la ropa, luego, se irá acumulando en la piel obstruyendo los poros.
Una de las recomendaciones es lavar las sábanas con agua caliente, con frecuencia, por lo menos una vez a la semana. Además, las camas deberían ventilarse durante horas todos los días. Mientras que las almohadas se deben lavar, por lo menos, cuatro veces al año-
De esta forma, se puede evitar que las camas se vuelvan un cultivo de bacterias.