ESTAMBUL, 27 (DPA/EP)
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El Ministerio de Exteriores de Azerbaiyán ya está planificando el retorno, a partir del año que viene si se cumplen los mejores pronósticos, del primer gran grupo de desplazados por la última guerra de 2020 en el enclave de Nagorno-Karabaj.
El titular de la cartera, Jeyhun Bayramov, espera que entre 3.000 y 4.000 desplazados azeríes puedan regresar en 2023 a los hogares que se vieron obligados a abandonar en el último y violento episodio del histórico enfrentamiento entre Armenia y Azerbaiyán por este territorio, de mayoría armenia pero localizado físicamente dentro de Azerbaiyán.
El conflicto se saldó con la victoria de Azerbaiyán, que logró recuperar finalmente en un acuerdo con Armenia grandes porciones de territorio. La Unión Europea ha abanderado desde entonces una iniciativa para la firma definitiva de un acuerdo de paz.
Uno de los principales puntos de fricción reside en que Azerbaiyán quiere enlazar por tierra el exclave de Nakhchivan -- separado físicamente del país -- con Turquía, aunque el ministro ha explicado que existe ahora mismo "una atmósfera positiva" al respecto en las conversaciones.
El plazo de un año se debe a que la zona todavía está "enormemente contaminada por las minas terrestres colocadas durante el conflicto" y el desminado total tardará varios años y costará millones de dólares, según el responsable del centro local de desminado ANAMA, Ramil Azizov, a DPA.
Según la organización, un total de 221 personas han muerto por la explosión de estas minas desde el final del conflicto.