Uno de los temas más importantes en la agenda del presidente Joe Biden es, sin duda, la migración y todo lo que gira alrededor de este rubro.
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Se debe recordar que su primera gran crisis ocurrió por la llegada de miles de extranjeros a la frontera sur. Estas personas se incentivaron con el ascenso al poder del demócrata, aunado a la intención de un cambio de vida y la esperanza de alcanzar el llamado “sueño americano”.
Los problemas de Biden con la migración
Y es que el mandatario se erigió, durante la campaña presidencial, como una figura que daría un mejor trato a las minorías. Sin embargo, una vez en la Casa Blanca las cosas cambiaron y mencionó que no habría trato especial a los extranjeros y sólo se enfocaría en los “dreamers”.
Además, el líder de los demócratas prometió un cambio en las políticas y leyes de cero tolerancia que estableció su antecesor, Donald Trump, algo que tampoco ha llegado.
No se levanta el Título 42
Ahora, los migrantes en el norte de México alzaron la voz y mostraron su desesperación y frustración, luego de que el gobierno de Biden no lograra levantar una política de la era de la pandemia del coronavirus, que les ha impedido solicitar asilo en el país durante cerca de dos años.
Una decisión a última hora de un juez federal de Luisiana hizo imposible que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EU concluyeran la política conocida como Título 42.
Y es que desde marzo de 2020, esta norma ha permitido devolver a más de un millón de migrantes del país de las barras y las estrellas a México y a otras naciones.
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Lamentos y desesperación
“Aquí en México, no tenemos que comer, tenemos que salir a las calles a pedir, nos hace mal que lo hayan alargado”, se lamentó María Sánchez, una migrante hondureña que aseguró que ha pasado más de un año en el país con sus hijos.
La mujer estaba entre más de 100 migrantes que hacían fila, bajo un calor intenso, frente al refugio Senda de Vida, en Reynosa, ciudad fronteriza con McCallen, Texas.
Los CDC habían sostenido que las vacunas y otras herramientas ya no eran necesarias para ayudar a controlas la propagación del coronavirus, por lo que los migrantes esperan el fin del Título 42.
“Me da rabia”, dijo Verónica López, quien se manifestó en el puente internacional de Tijuana, que conduce a San Isidro, junto a su bebé de sólo cinco meses.
Ella huyó de su ciudad natal en el suroeste de México con su hija. Contó que había sido atacada y violada por su expareja, y que planeaba presentar una petición para ingresar a los Estados Unidos a inicios de semana.
“Solamente Dios sabe cómo nos va a ir a mí y a mi hija. Temo por mi vida”, indicó, mientras lamentaba la nueva decisión contra los migrantes de Estados Unidos.