ROMA, 25 (EUROPA PRESS)
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"Esas expresiones religiosas, ya sean provenientes de congregaciones religiosas, o de cristianos, que se separan para mantener la fe, eso es una reedición del fariseísmo más antiguo. Porque quieren tener un alma limpia, pero con esta actitud pueden que tengan un alma limpia, pero sus corazones están sucios de egoísmo", ha señalado el Papa en un discurso ante una delegación del Fondo Mundial de Solidaridad.
Tras entregar a los presentes el discurso preparado para la ocasión, el Papa se ha dirigido a los asistentes de forma improvisada para señalar que la Iglesia debe ser cercana "a las periferias" e "ir a ver a la gente que no cuenta".
El pontífice ha denunciado en la cita privada que ha mantenido esta mañana, antes de celebrar en la plaza de San Pedro la audiencia general, la "cultura del descarte". Por ello, ha llamado a los creyentes a acercarse a "las personas están marginadas" en la sociedad. "Ir allí es exactamente lo que hizo Jesús", ha asegurado.
De este modo ha instado a integrar a los inmigrantes en la sociedad, que, según ha recalcado, no es "una obra de caridad" para después volverlos a "dejar tirados". "Es tomarlos e integrarlos, con educación, con la inserción laboral, con todas estas cosas", ha enfatizado.
El Papa también se ha referido a los atentados de Bruselas perpetrados por seguidores del autoproclamado Estado Islámico en marzo de 2016 en los que murieron 35 personas.
"Me acuerdo de la tragedia de Zaventem. A menudo digo esto: esa tragedia fue llevada a cabo por jóvenes belgas, pero por hijos de inmigrantes que no estaban integrados y vivían en guetos. Porque un inmigrante no integrado está a medio camino y es peligroso. Es peligroso para él, pobrecito, porque siempre será un mendigo. También es peligroso para todos. Hay que integrar a los inmigrantes, no dejarlos como si fueran una piedra en el zapato; eso es problemático", ha asegurado.