MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
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El hundimiento de la divisa libanesa, que ha alcanzado durante la jornada la cifra récord de 34.000 libras por un dólar, supone un aumento de la diferencia respecto a la tasa de cambio oficial y se ha traducido en un nuevo aumento de los precios de los carburantes.
Así, el Ministerio de Energía ha señalado que el bidón de gasolina de 95 octanos ha sido fijado en 588.000 libras (cerca de 16,1 euros), 32.000 más que el día anterior, mientras que el diésel asciende a 681.000 libras (unos 18,6 euros) y la bombona de gas natural aumenta a 416.000 libras (alrededor de 11,4 euros).
Los cortes eléctricos han provocado además la suspensión de operaciones en la central de Deir Ammar, lo que ha llevado a la Oficina de Aguas de Beirut y Monte Líbano a anunciar el racionamiento del agua en la zona, según ha informado el diario 'L'Orient le Jour'.
"Esperamos que la situación mejore, ya que si se perpetúa se dará una incapacidad total de aprovisionamiento de agua y un corte total del suministro", ha señalado el organismo en un comunicado, en medio del aumento del malestar de la población y una semana después de la celebración de elecciones legislativas.
Por su parte, farmacéuticos libaneses han anunciado el inicio de una huelga por la falta de suministro y la ausencia de entregas de medicamentos por parte de los importadores, al tiempo que han reclamado un aumento de los precios y una tabla de precios fija.
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Un grupo de farmacéuticos se han manifestado frente a la sede del Ministerio de Sanidad en Beirut, mientras que otros han anunciado el cierre de farmacias con el objetivo de reclamar "un plan claro sobre los medicamentos", según ha resaltado el presidente de la Orden de Farmacéuticos de Líbano, Joe Sallum.
En este sentido, ha destacado que el aumento de los precios y la reducción de los ingresos de las familias ha llevado a algunos libaneses a recurrir a la compra de medicamentos en el mercado negro, algo que ha achacado también a que el Estado "no entregan buenos medicamentos y no adoptan plan alguno para ello".
A las protestas se sumarán durante el jueves y el viernes los trabajadores de hospitales, lo que implica que toda aquella cita o tratamiento que no sea considerado de urgencia será aplazado, quedando operativos únicamente los servicios de emergencia y diálisis.
La huelga ha sido secundada por sindicatos de médicos en Beirut y en el norte del país, así como por centros privados, para protestar contra "las políticas del Banco Central contra depositantes públicos, doctores, trabajadores del sector sanitario y hospitales".
"El Ministerio de Sanidad, la Seguridad Social y otros pagan sus facturas a través de transferencias bancarias de las que los hospitales no pueden beneficiarse", ha criticado el jefe del sindicato de hospitales privados de Líbano, Suleiman Harun, tal y como ha recogido el portal libanés de noticias Naharnet.
En este sentido, el presidente del Sindicato de Médicos, Sharaf bu Sharaf, ha lamentado que "cerca de 3.000 doctores y 3.000 enfermeras han abandonado el país por las medidas injustas de los bancos", antes de criticar que los bancos no acepten los pagos con cheques e impongan elevadas comisiones.
El país celebró elecciones legislativas el 15 de mayo, una votación en la que el partido-milicia chií Hezbolá y sus aliados perdieron su mayoría en el Parlamento y en las que los principales ganadores fueron Fuerzas Libanesas, que se convierte en el primer partido cristiano en la Asamblea, y a los movimientos de protesta contra la crisis, que recabaron trece escaños.
Las elecciones son consideradas clave para el futuro del país, sumido en una gravísima crisis política y económica agravada por las explosiones de agosto de 2020 en el puerto de Beirut y la pandemia de coronavirus, que han dejado a parte de la población sumida en la pobreza y ante los cortes eléctricos y el aumento de los precios de los productos básicos.