SYDNEY, Australia (AP) — Las australianos se despertaron el domingo con Anthony Albanese como nuevo primer ministro. El líder del Partido Laborista, de centroizquierda, se convertirá en jefe del gobierno tras crecer como hijo de una madre soltera que recibía una pensión de invalidez, un ascenso descrito como un reflejo de la nueva realidad del país.
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El político de carrera de 59 años, que se ha presentado como el único candidato con un “nombre que no es anglocelta” que se presenta a primer ministro en los 121 años desde que existe el cargo, se refirió a su humilde infancia en Camperdown, un suburbio de Sydney, cuando dio las gracias a los votantes por convertirle en el 31er mandatario del país.
“Dice mucho de nuestro gran país que el hijo de una madre soltera que recibía una pensión por invalidez, que creció en viviendas del estado calle abajo en Camperdown, pueda alzarse esta noche ante ustedes como primer ministro de Australia”, dijo Albanese ante seguidores entusiastas, tras derrotar a Scott Morrison y acabar con nueve años de gobierno conservador.
“Cualquier padre quiere más de lo que tuvo para la siguiente generación. Mi madre soñaba con una vida mejor para mí. Y espero que mi historia vital inspire a los australianos para aspirar a las estrellas”, dijo.
Sin embargo, no estaba claro si el partido de Albanese podría formar un gobierno en mayoría o tendría que depender de un creciente número de independientes y legisladores de partidos minoritarios que ganaron escaños en las elecciones del sábado. Los analistas describieron los resultados de los comicios como extremadamente complicados, y señalaron que reflejaban el paisaje político de la Australia moderna.
Aunque se esperaba que el conteo de los votos por correo continuara durante varios días, Albanese podría tener que asumir el cargo como primer ministro en funciones, quizá incluso el mismo domingo, para asistir a la cumbre a cuatro bandas del martes en Tokio con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, y el primer ministro de India, Narendra Modi.
La votación fue un claro rechazo para el sistema tradicional australiano de dos partidos, tanto a los laboristas como a la muy castigada coalición conservadora que lidera el Partido Liberal del primer ministro saliente, Scott Morrison. Los grandes partidos perdieron escaños ante grupos minoritarios e independientes, incluidos en muchas circunscripciones consideradas como sus bastiones tradicionales.
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Los Laboristas necesitaban 76 escaños en la Cámara de Representantes para gobernar en solitario, pero el domingo por la mañana habían obtenido 72 con el 66,3% de las boletas contabilizada, según la Australian Broadcasting Corp.
La coalición Liberal-Nacional había conseguido apenas 50, en comparación con la mayoría mínima de 76 que obtuvieron en 2019. Los analistas lo interpretaron como un firme rechazo a Morrison y la gestión de su gobierno en muchos temas durante sus tres años de mandato, como el clima, el COVID-19, los derechos de las mujeres, la integridad política y desastres naturales como incendios forestales e inundaciones.
Un total de 15 escaños se asignaron a independientes o candidatos de partidos pequeños. Tres de ellos eran para el ambientalista Partido Verde y 12 para políticos independientes, nueve de ellos de una nueva tendencia en la política australiana descrita como políticos más “verdes” que los liberales tradicionales, y que quieren medidas más firmes para reducir las emisiones de efecto invernadero en Australia de las que proponían el gobierno o los laboristas.
La mayoría de sus candidatos victoriosos eran mujeres, un éxito atribuido en parte al descontento con Morrison por su gestión de asuntos de género como escándalos sexuales que remecieron al parlamento durante su mandato.
Aunque los laboristas formarán un gobierno de minoría o de mayoría, los dos partidos tradicionales perdieron apoyos. La coalición perdió un 6% de votos respecto a 2019, y los laboristas en torno a un 1,2%, según los datos del domingo por la mañana.
Albanese prometió unir a los australianos en un gobierno de unidad, aumentar el gasto en servicios sociales y “acabar con las guerras del clima”.
“Mi equipo laborista trabajará todos los días para unir a los australianos. Y yo lideraré un gobierno digno de la gente de Australia”, dijo.