SEVILLA, 18 (EUROPA PRESS)
PUBLICIDAD
El Teatro Central, junto con las representaciones de la ‘Trilogía de la Guitarra’ de Rocío Molina en la sala principal, cierra su temporada del XXX aniversario en la sala B con la representación de ‘Historia de un jabalí o Algo de Ricardo’, del uruguayo Gabriel Calderón, que tendrá lugar los días 20 y 21 de mayo a las 19,30 horas en el espacio escénico de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.
En una nota de prensa, la Junta ha explicado este miércoles que la obra refiere cómo un actor termina mimetizándose con el personaje que interpreta, en este caso, Ricardo III. Está producida por Temporada Alta 2020 y Grec Festival de Barcelona. En ‘Historia de un jabalí o Algo de Ricardo’ un actor se enfrenta al reto de interpretar Ricardo III, el monarca despiadado de la tragedia de Shakespeare.
Sin embargo, considera que el resto del elenco no está a su altura. Como Ricardo III, «el actor tiene ansia de poder y no quiere perder el tiempo con actores mediocres», según ha narrado la Junta. Con el desarrollo de la obra, la relación entre el actor, el personaje y el espectador es cada vez más estrecha.
El apodo con el que era conocido el rey Ricardo III, ‘Jabalí’, que además era el emblema de su escudo personal, trenza «una historia que embelesa, fascina, emociona y divierte al mismo tiempo». «Un ejemplo magnífico de lo que es el mejor teatro y que echa por tierra la idea de que un monólogo es solo una forma barata y sin imaginación de presentar una historia sobre el escenario», ha defendido la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.
‘Historia de un jabalí…’ gira alrededor de los mecanismos de poder contemporáneos, el deseo y el resentimiento, y propone una reflexión sobre los límites de la ambición humana. «Esta ‘Historia de un jabalí’ tiene también algo de Ricardo III, y ese «Algo de Ricardo» es también la historia de un animal. Un animal político, un animal teatral, un animal humano», ha indicado el director, Gabriel Calderón.
El autor y director ha dicho sentir «tener a los dioses adentro» en el momento de escribir. «Busco soberbiamente la posibilidad de insuflar el engañoso sentimiento de que todo lo podemos y que todo lo queremos y que todo es posible», ha señalado, y ha concluido: «Estas son las ideas que me animaron a sobreactuar mi escritura, a proponerle a otros y a mí mismo la desmedida aventura de creer que merecemos el poder y que debemos ir a por él, a lo Ricardo, a lo jabalí, brutal y salvajemente sobre la escena».