ROMA, 17 (EUROPA PRESS)
PUBLICIDAD
El Papa ha pedido a los organismos internacionales y nacionales competentes un mayor compromiso para eliminar «la escandalosa desigualdad que sigue existiendo» en el mundo y ha denunciado los «dramáticos estragos» de la esclavitud infantil.
«La pobreza es la madre de todas las explotaciones. La miseria que acompaña a la ausencia de protección de los derechos elementales es el abismo que engulle a millones de personas cada año, empezando por los que no pueden defenderse, las niñas y los niños, y que se encuentran arando los campos, trabajando en las minas, recorriendo grandes distancias para sacar agua y realizando trabajos que les impiden asistir a la escuela, por no hablar del delito de la prostitución infantil», denuncia el Pontífice.
Francisco hace estas manifestaciones en un mensaje dirigido a la 5ª Conferencia Mundial que se celebra estos días en Durban (Sudáfrica) sobre la eliminación de la explotación laboral de niños y adolescentes que ha publicado Vatican News.
El Pontífice pide desentrañar «las causas estructurales de la pobreza mundial» y a combatir el fenómeno «de forma decidida, conjunta y con decisión» para devolver a los niños la vida a la que tienen derecho. En el mensaje a la Organización Mundial del Trabajo (OIT), el Papa enumera los «dramáticos estragos» que supone que «millones de niñas y niños» estén condenados «a una vida de empobrecimiento económico y cultural».
«Por la explotación laboral, que no pocas veces lleva a las peores formas de abuso de otro tipo, hay millones de niños privados de la alegría de su juventud y de la dignidad que Dios les ha dado», exclama el Papa. Por ello, insiste, con motivo de la Conferencia de la OIT, en la necesidad de crear «una mayor conciencia» sobre el tema de la explotación infantil para «encontrar formas apropiadas y eficaces de proteger la dignidad y los derechos de los niños, especialmente mediante la promoción de sistemas de protección social y el acceso a la educación para todos».
«La Santa Sede y la Iglesia en su conjunto –recuerda Francisco— trabajan también para combatir el fenómeno de manera decidida, conjunta y decisiva. La medida con la que se respeta la dignidad humana y los derechos fundamentales de los más pequeños expresa qué tipo de adultos somos y queremos ser, y qué tipo de sociedad queremos construir».