MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
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El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, ha afirmado que las elecciones legislativas de este domingo serán «una guerra de 2006 política» y ha destacado que el grupo «practicará la resistencia política para preservar la resistencia militar».
La guerra de 2006, conocida como Guerra de Julio, enfrentó entre julio y agosto de ese año al Ejército de Líbano y a Hezbolá. El conflicto terminó con un acuerdo de alto el fuego el 14 de agosto, si bien se extendió formalmente hasta el fin del bloqueo marítimo por parte de Israel en septiembre de ese año.
«Los que quieran defender Líbano, obtener sus recursos petroleros y proteger sus aguas, deben votar a la resistencia y sus aliados», ha señalado, antes de pedir a sus seguidores que «permanezcan junto a la resistencia y sus aliados», según ha informado el portal libanés de noticias Naharnet.
«Algunos dicen que no votarán a la resistencia por la crisis económica, pero les decimos que la resistencia garantizará que se extrae petróleo y gas de las aguas territoriales para resolver la crisis», ha señalado, en medio de las conversaciones indirectas con Israel para delimitar la frontera marítima.
Así, Nasralá ha acusado a sus rivales políticos de intentar dejar este asunto de lado y ha insistido en que «cientos de miles de millones de dólares están presentes en el mar y las aguas», antes de reiterar la necesidad que Hezbolá mantenga sus armas para hacer frente al «enemigo israelí».
«¿Se atreve Israel a bombardear cualquier zona de Líbano?», se ha preguntado, atribuyendo esta ausencia de conflicto a la capacidad de disuasión de Hezbolá. «Respetamos al Ejército y tiene unos oficiales y soldados competentes, pero ¿es capaz de asumir la responsabilidad en estos momentos?», ha cuestionado.
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En este sentido, ha hecho hincapié en que los que piden a Hezbolá que se desarme no han ofrecido «una alternativa» frente a Israel. «La resistencia es lo que protege Líbano a día de hoy», ha dicho, antes de criticar que algunos políticos «no consideren a Israel como un enemigo».
El país está llamado a las urnas este domingo para unas elecciones consideradas clave ante la profunda crisis económica de los últimos años, ahondada por las explosiones de agosto de 2020 en el puerto de la capital, Beirut, la pandemia de coronavirus y la situación a nivel político, con unas tensiones que han tenido paralizado el Gobierno durante meses.
En este contexto, antiguos miembros de las Fuerzas de Seguridad Interna (ISF) han irrumpido este martes en la sede del Ministerio del Interior en la capital, Beirut, después de que el titular de la cartera, Basam Maulaui, se negara a reunirse con ellos para escuchar sus demandas.
Los agentes retirados protestan por el deterioro de la calidad de vida y el hundimiento de la libra libanesa, al tiempo que reclaman que se garanticen sus derechos a la sanidad y la educación de los hijos ante el empeoramiento de la crisis económica.
El Gobierno libanés desveló el lunes que el Banco Mundial ha autorizado un préstamo de emergencia por valor de 150 millones de dólares (unos 142,2 millones de euros) para importar trigo. «Líbano es el primer país en recibir un préstamo de este tipo», dijo el ministro de Economía, Amin Salam.
