En la carrera a la Vicepresidencia de Filipinas, la hija de Duterte, Sara Duterte-Carpio, lidera el recuento extraoficial
MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
El candidato Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos Junior, hijo del dictador que dominó Filipinas durante 20 años, se encamina hacia una amplia victoria en las elecciones presidenciales, según un recuento no oficial al que los principales candidatos ya se han referido para hablar de una posible victoria o derrota.
Así, Marcos se ha hecho con casi 30 millones de votos y se sitúa por delante de la actual vicepresidenta y líder opositora, Leni Robredo, que cuenta con algo menos de 14 millones de votos, según recoge el diario filipino ‘PhilStar’.
Este recuento extraoficial, basado en más del 80 por ciento de los votos emitidos, da al mediático boxeador Manny Pacquiao más de 3,2 millones de votos, mientras que al alcalde de la capital, Manila, Fancisco Domagoso, le concede algo más de 1,7 millones de apoyos.
En la carrera a la Vicepresidencia de Filipinas, la hija de Duterte, Sara Duterte-Carpio, lidera el recuento extraoficial con cerca de 30 millones de votos, por delante del senador Kiko Pangilinan, con 8,7 millones, y del presidente de la Cámara Alta, Vicente Sotto, con algo menos de 7,8 millones.
Tras conocerse este recuento preliminar, Marcos ha querido mantener la calma y ha defendido que «aunque muchos dicen que se acabó, en realidad todavía no», y ha abogado por esperar para celebrar la posible victoria hasta que el recuento esté completado al cien por cien.
«Pero incluso aunque el conteo aún no haya terminado, mi gratitud no puede esperar», ha añadido el ahora mismo candidato mejor perfilado para suceder a Duterte, quien además ha llamado a sus seguidores a «vigilar la votación».
Por su parte, en un discurso de madrugada, Robredo ha denunciado ciertas «irregularidades» en el proceso electoral, si bien es cierto que ha llamado a su electorado a respetar el «proceso democrático», que debe «reflejar la voz total y adecuada de la gente».
«Si bien hay algunos votos que aún no se han contado, mientras que hay preguntas sobre esta elección que deben abordarse, cada vez es más claro cuál es la voz de la gente», ha apuntado Robredo respecto a la ventaja que da el recuento extraoficial a Marcos.
AVERÍAS TÉCNICAS EN LOS COLEGIOS ELECTORALES
Filipinas ha abierto a las 6.00 horas (hora local) de este lunes los colegios electorales para una votación en la que la nación asiática se dirime entre el cambio político o el retorno al pasado y que además sirve como evaluación sobre el criticado mandato de Duterte.
Los comicios se están viendo fuertemente marcados por una serie de averías técnicas en las máquinas de votación que han provocado que, cuatro horas después del cierre de los colegios electorales, aún haya largas colas de ciudadanos esperando poder efectuar su voto.
Desde el Comité Electoral filipino han asegurado que el voto de aquellos que hayan guardado cola antes de las 19.00 horas (hora local) está garantizado, aunque tengan que depositar su papeleta en la urna pasada la hora establecida para los comicios.
CHINA Y EEUU, ATENTOS A LOS RESULTADOS
La dupla de Marcos con Duterte-Carpio, que se ha mantenido con ventaja en las encuestas respecto a la fórmula de Robredo, ha contado con una campaña basada en aplaudir los años de la dictadura en un exitoso ejercicio de revisionismo histórico combinado con una campaña de desprestigio hacia su principal oponente.
‘Bongbong’, senador de 64 años, no ha exhibido abiertamente los rasgos de impunidad que caracterizaron el mandato de Duterte –cuya campaña antidroga está bajo investigación por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por posibles crímenes de lesa humanidad–, pero sobre él amenaza la sombra de las irregularidades al llegar a la recta final electoral a pesar de llevar sobre sus espaldas una condena por impago de impuestos, algo que, según sus críticos, podría haber invalidado su candidatura.
China prestará especial atención a estos comicios, donde una victoria de Marcos podría prolongar el acercamiento entre ambos países. La visita de Duterte a Pekín en abril significó, en palabras del presidente chino, Xi Jinping, «un viaje para romper el hielo que marca un hito en la historia de las relaciones entre China y Filipinas».
Para Estados Unidos este acercamiento supone un problema. Ambos países están unidos por un acuerdo de rotación de tropas estadounidenses en el país que lleva dos décadas en vigor; una presencia fundamental para contrarrestar la influencia de Pekín en la zona.
Robredo ha adoptado una postura más dura contra China, en particular sobre su disputa en el mar de la China Meridional, pero una hipotética victoria de la candidata no implicaría el distanciamiento con Pekín. Ambos, en cualquier caso, deberían preservar el delicado equilibrio en el que conviven con las dos grandes superpotencias mundiales.