MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
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La ola de enfrentamientos entre musulmanes y cristianos ortodoxos iniciada en abril en varios puntos de Etiopía ha dejado ya al menos 30 fallecidos y más de cien heridos, según un recuento de Naciones Unidas, cuya Alta Comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se ha mostrado «profundamente preocupada».
Los incidentes estallaron el 26 de abril en la región de Amhara, en la zona norte del país. Una aparente disputa por el control de un terreno en Gondar se extendió a otras localidades y regiones, llegando incluso a la capital, Addis Abeba.
La Policía ha detenido al menos 578 personas en cuatro ciudades por su presunta vinculación con la violencia, que ha dejado también mezquitas e iglesias destruidas. La ONU ha constatado casos de personas quemadas o golpeadas hasta la muerte.
Bachelet ha instado a las autoridades a llevar a cabo investigaciones «completas, independientes y transparentes» de todos los incidentes, de tal forma que sus responsables rindan cuentas ante la Justicia. «La responsabilidad individual de los autores es esencial para prevenir más violencia», ha reclamado en un comunicado.
Al mismo tiempo, ha recordado que cualquier operativo o investigación debe hacerse conforme al Derecho Internacional, «sin discriminación» y respetando el debido proceso desde el mismo momento de la detención hasta la realización del juicio.
Bachelet ha emplazado, además, a atajar las causas que subyacen tras toda esta violencia, algo «crucial» en su opinión. Para ello, ha planteado que supervivientes, familiares de víctimas y comunidades locales afectadas participen de forma «significativa» en un proceso de diálogo.