MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
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El presidente de Túnez, Kais Saied, ha reconocido que el país atraviesa «una situación crítica» y ha destacado que las autoridades «harán frente a todo tipo de crímenes», tras los últimos incendios provocados en varias provincias del país.
«Los incendios provocados que han tenido lugar en algunas regiones son un intento desesperado de prender fuego al país, pero fracasarán», ha manifestado durante un encuentro con el ministro del Interior, Taufik Charfedín, según ha recogido la agencia estatal tunecina de noticias, TAP.
Así, ha destacado que estos actos no fueron casualidad y ha incidido en que coincidieron con declaraciones de líderes opositores para «difundir mentiras sobre la supuesta violación de libertades mientras se lanzan a los brazos de actores extranjeros».
Saied ha hecho hincapié en que «no habrá tolerancia con los enemigos del Estado que buscan fragmentarlo y dañar sus instituciones, la paz social y la seguridad alimentaria de los tunecinos», antes de reclamar al aparato judicial que sea «Justo y efectivo» a la hora de abordar estos incidentes.
El mandatario anunció el domingo la creación de un comité para la redacción de una Constitución para la «Nueva República», en el marco de una serie de medidas tras disolver en julio de 2021 el Gobierno y suspender el Parlamento, acciones muy criticadas por la oposición.
Apenas unos días antes, el veterano político Ahmed Neyib Chebi, líder del partido Amal, había anunciado la creación de un Frente de Salvación Nacional integrado por varios partidos opositores, incluido el islamista Ennahda, y abogó por crear un gobierno de transición.
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Saied anunció el 30 de marzo la disolución del Parlamento, ocho meses después de su suspensión, apenas unas horas después de una reunión telemática de los diputados en la que revocaron las medidas de excepción y denunciaron un golpe de Estado.
El mandatario ha prometido elecciones para el 17 de diciembre de 2022 y un referéndum constitucional el 25 de julio de 2022. La Constitución tunecina de 2014 solo permite suspender el Parlamento durante 30 días, un plazo ampliamente superado.
