MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
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Banco Santander ha estrenado una nueva funcionalidad en su aplicación móvil y en su página web que permite a los clientes particulares en España medir su propia huella de carbono a partir de las compras realizadas con las tarjetas de la entidad y los recibos que tengan domiciliados, según ha informado a través de un comunicado.
Santander afirma que se trata de una funcionalidad «pionera» y que también está disponible en Chile. Además, la previsión del banco es que llegue en los próximos meses a varios países europeos como Reino Unido, Polonia y Portugal.
La entidad explica que los clientes pueden comprobar su huella de carbono de forma mensual, que aparece descrita en kilos de CO2 equivalente emitidos a la atmósfera y agrupados por categorías: alimentación, supermercados y compras, casa y hogar, transporte y automoción, ocio, educación y salud, servicios y otros.
Además, se incluyen una serie de consejos ecológicos por cada categoría para reducir la huella de carbono y contribuir en la lucha contra el cambio climático, así como información relevante y preguntas frecuentes.
Los clientes también podrán compensar sus emisiones de carbono colaborando de forma voluntaria en distintos proyectos que tratan de evitar nuevas emisiones, o absorber las ya emitidas, en el mercado de créditos de carbono a través de la plataforma ClimateTrade.
El banco explica que, gracias a la tecnología blockchain que utiliza ClimateTrade, todas las transacciones de compensación de carbono son trazables, garantizando «su impacto real» en la lucha contra el cambio climático.
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De esta forma, el banco ofrece la posibilidad a sus clientes de apoyar iniciativas de generación de energías renovables, conservación de ecosistemas o reforestación de bosques, cuya descripción estará detallada, así como el impacto positivo que cada una de ellas genera. Estas iniciativas estarán verificadas por estándares internacionales y revisadas por el banco.
Santander explica que un crédito de carbono es una unidad internacional que representa la reducción de gases de efecto invernadero (GEI). Cada crédito de carbono equivale a una tonelada de CO2 evitada o absorbida en la atmósfera y es un instrumento de compensación contemplado en el Protocolo de Kioto de las Naciones Unidas.