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Nuevas fechas más concretas para la erupción del volcán Thera

Expertos en anillos de árboles, núcleos de hielo y volcanes se han unido para identificar una de las erupciones volcánicas con mayor impacto climático en 4.000 años: Aniakchak II.

CHARLOTTE PEARSON (Sebastian Carrasco/Europa Press)

MADRID, 3 (EUROPA PRESS)

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Expertos en anillos de árboles, núcleos de hielo y volcanes se han unido para identificar una de las erupciones volcánicas con mayor impacto climático en 4.000 años: Aniakchak II.

En el proceso, redujeron las fechas potenciales de la erupción histórica del volcán Thera, un objetivo que ha perseguido durante décadas.

Charlotte Pearson, profesora de la Universidad de Arizona publica un artículo en PNAS Nexus que combina un mosaico de técnicas para confirmar el origen de una erupción volcánica en 1628 a.C. Si bien anteriormente se pensaba que la erupción Thera ocurrió ese año en la isla griega de Santorini, Pearson y sus colegas descubrieron que dicha erupción se trataba del volcán de Alaska Aniakchak II.

El hallazgo ayuda a los investigadores a determinar cuándo tuvo lugar la verdadera erupción de Thera. La erupción masiva de Thera, que se sabe que ocurrió en algún momento antes del 1500 a. C., enterró la ciudad minoica de Akrotiri en más de 40 metros de escombros. Pero la fecha exacta de la erupción y su impacto en el clima se han debatido durante décadas.

Si una erupción volcánica es lo suficientemente grande, puede expulsar azufre y desechos llamados tefra a la estratosfera, donde ambos pueden circular a lugares muy lejanos. El dióxido de azufre de la erupción que llega a la atmósfera superior refleja el calor del sol y hace que bajen las temperaturas en todo el mundo. Este cambio climático se refleja en los árboles, que muestran un crecimiento reducido o anillos de escarcha que marcan efectivamente el año en que ocurrió la erupción.

El azufre y el piroclasto también pueden llover sobre los polos de la Tierra, donde se conservan en capas de hielo. Cuando se analizan los núcleos de hielo, la cantidad de sulfato que contienen también se puede utilizar para estimar el impacto probable de una erupción en el clima. Las erupciones con alto contenido de sulfato tienen un mayor potencial para causar cambios climáticos a corto plazo. Al mismo tiempo, el piroclasto de los núcleos de hielo, que tiene una huella geoquímica única, se puede usar para vincular el azufre en el hielo con una fuente volcánica exacta.

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Pearson y sus colaboradores, que incluyeron a Michael Sigl de la Universidad de Berna y un equipo internacional de geoquímicos, expertos en núcleos de hielo y cronólogos de piroclastos, alinearon datos de anillos de árboles y de núcleos de hielo en la Antártida y Groenlandia para crear un registro completo de erupciones volcánicas en todo el mundo –el período en que Thera debe haber ocurrido– entre 1680 a 1500 a.C. Usaron evidencia de sulfato y piroclasto para descartar varios de los eventos como posibles fechas de Thera y usaron técnicas de alta resolución para confirmar geoquímicamente a través de los núcleos de hielo que la erupción registró que se registró en 1628 a.C. fue Aniakchak II.

La fecha exacta de la erupción de Thera sigue sin confirmarse, pero el equipo la ha reducido a solo un puñado de posibilidades: 1611 a.C., 1562-1555 a.C. y 1538 a.C.

«Uno de ellos es Thera», dijo Pearson en un comunicado. «Simplemente no podemos confirmar cuál todavía, pero al menos ahora sabemos exactamente dónde buscar. El desafío con Thera es que siempre ha existido esta discrepancia entre múltiples líneas de evidencia de datación. Ahora que sabemos cuáles son las posibles fechas, esta evidencia se puede volver a evaluar, pero aún necesitamos una huella geoquímica para confirmarla».

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