LOGROÑO, 25 (EUROPA PRESS)
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Una agente de la Policía destinada en la Jefatura Superior de Policía de La Rioja, cuando se encontraba fuera de servicio en la Plaza de México de Logroño, socorre a un bebé que presentaba dificultades respiratorias.
A la agente se le acercó una mujer apresuradamente pidiendo ayuda porque el bebé de apenas un año de edad que llevaba en sus brazos no podía respirar.
Al comprobar que efectivamente presentaba síntomas de falta de aire, y que se encontraba consciente pero sin articular movimiento, la policía rápidamente comenzó a practicarle la maniobra de Heimlich adaptada a niños de esa edad, hasta que el pequeño comenzó a expulsar por su boca los fluidos nasales que obstruían sus vías respiratorias, volviendo a respirar de nuevo, primero con dificultad, para finalmente hacerlo con normalidad.
Escasos minutos más tarde se presentó una dotación de la Policía Local y una ambulancia medicalizada que lo trasladó al Hospital San Pedro donde tras unas horas en observación, fue dado de alta en perfecto estado.
La madre del pequeño se puso en contacto con la agente, destinada en Logroño, para mostrarle su agradecimiento por la intervención que evitó que las consecuencias hubieran podido ser más graves, pero ésta no le ha querido dar mayor relevancia por considerar que forma parte de la faceta más humanitaria y menos conocida de la Policía Nacional, habiendo practicado esta maniobra en otras ocasiones en cursos impartidos en la Jefatura Superior de Policía de La Rioja.
La Policía recuerda que desde sus centros de formación como de actualización los agentes aprenden técnicas de primeros auxilios ya que son «cruciales para asistir a las personas hasta la llegada de los servicios sanitarios e incluso salvar vidas».