ROMA, 23 (EUROPA PRESS)
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El Papa ha retomado con normalidad su agenda tras la pausa de este viernes, día en el que se liberó de sus citas para hacerse un chequeo médico.
El Papa tuvo que anular todos sus compromisos del viernes, entre ellos la audiencia con el ministro de Exteriores argentino, Santiago Cafiero, para someterse a unos controles médicos rutinarios. El Vaticano solo informó de que se había vaciado su agenda pero no dio un parte médico sobre el estado de salud del Pontífice.
Francisco arrastra una lesión en la rodilla derecha que le impide estar mucho tiempo de pie y dificulta su caminar. Debido a la gonalgia que le ha exacerbado la artrosis y el desgaste del cartílago, el Vaticano tuvo que modificar algunos ritos durante la Semana Santa para evitar desplazamientos innecesarios. En varias de las celebraciones litúrgicas, el dolor en la rodilla se hizo evidente ya que o permanecía sentado o necesitaba la asistencia de dos ayudantes para poder andar.
Este sábado, Francisco se ha reunido con algunos de los miembros de la comunidad pastoral «Madonna delle Lacrime» (Virgen de las Lágrimas) de la ciudad de Treviglio (Bérgamo) en el norte de Italia.
En su alocución, ha reiterado su condena a la guerra de Ucrania y ha alertado de las consecuencias para «todos los pueblos involucrados». Para el Papa, la guerra está destruyendo «no sólo a Ucrania» por lo que ha pedido «valentía» a la comunidad internacional para decir la «verdad».
«Está destruyendo a todos los pueblos involucrados en la guerra. Todos ellos. Porque la guerra no sólo destruye al pueblo derrotado, no, también destruye al vencedor; destruye al pueblo que ha sido derrotado», ha afirmado Francisco.
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SENTIDO DEL LLANTO
Por otro lado, el Papa ha recordado otros dramas que afligen a la humanidad y ha lamentado que se ha perdido «el sentido del llanto». El pontífice se ha referido de forma metafórica a la globalización de la indiferencia ante el dolor ajeno y ha asegurado: «debemos pedir la gracia de llorar ante las cosas que vemos, ante el uso que se hace de la humanidad, no sólo las guerras -he hablado de ellas- sino el descarte, los ancianos descartados, los niños descartados incluso antes de nacer…».
Francisco ha hecho de este modo un repaso de los «dramas de descarte» que vive la sociedad: «Los pobres que no tienen dónde vivir son descartados; las plazas, las calles llenas de indigentes… Las miserias de nuestro tiempo deberían hacernos llorar, y necesitamos llorar», ha concluido el pontífice.