Uno de los principales problemas que figuran en la agenda del presidente Joe Biden, es la migración.
De hecho, el aumento significativo de personas en la frontera con México fue una de las primeras crisis de su administración.
Es más, Donald Trump utilizó el argumento del muro fronterizo para evitar la llegada de más inmigrantes.
Y aunque Biden llegó al poder con la promesa de que daría un trato más digno y humano a las minorías, entre ellas los extranjeros, lo cierto es que en su primer año en la Casa Blanca aumentó 22 por ciento los deportados mexicanos.
Aunque la presidencia del magnate fue una de las que tuvo más asedio a los migrantes, con el actual mandatario se registraron 225 mil 955 deportaciones, mientras que en el último año del empresario se registraron 41 mil 533 tricolores enviados a su nación.
La frontera entre EU y México suele ser noticia por el muro que la divide y por los migrantes que intenta cruzarlo. Pero en el extremo oeste de esos cerca de tres mil 200 kilómetros se encuentra una comunidad que se encuentra en constante interacción.
“Es una ciudad flotante”, dijo David Shirk, jefe del departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Diego (USDC), California a BBC.
“Miles de personas cruzan para hacer sus compras, ir a la escuela, trabajar... es una ciudad pequeña que cruza la frontera a diario porque es una sola economía que intercambia consumidores, trabajadores e inversionistas”, indicó.
“Somos una región binacional, que es inseparable. Tenemos lo mejor de México y lo mejor de Estados Unidos en la misma esquina”, dijo Jason Wells, quien vivió en Tijuana y San Diego en las últimas tres décadas.
Él se encuentra al frente de la Cámara de Comercio de San Ysidro, cruza varias veces a la Tijuana para hacer comparas, por citas con el doctor, para llevar a las mascotas al veterinario o sólo para comer tacos.
Los beneficios van más allá del tipo de cambio entre el dólar y el peso mexicanos, para quienes ganan en moneda de EU, a nivel macroeconómico esta zona tiene una cualidad particular.
Funciona como una zona económica integrada binacional habitada por cerca de siete millones de personas y aunque una línea los divide, ambos lados trabajan juntos desde hace muchos años para competir, bajo el nombre de Cali Baja.
Cali Baja surge de la fusión entre los nombres del estado de California y el de Baja California.
La región se encuentra compuesta por los condados de San Diego y Valle Imperial del lado de EU, y los cinco municipios de Baja California: Tijuana, Tecate, Mexicali, Playas de Rosarito y Ensenada.
Tiene un PIB regional de 250 mil millones de dólares y flujos comerciales transfronterizos estimados en 70 mil millones, de acuerdo al informe de 2022 “The Cali Baja Regional Economy” (La economía regional de Cali Baja), de la USDC.
Las principales industrias son la manufacturera audiovisual, equipamiento médico, producción de muebles, herramientas, semiconductores y otros componentes electrónicos, instrumentos musicales e industria aeroespacial.