Enfrentamientos entre facciones rivales amenazan con extenderse al principal yacimiento del país
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MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
La petrolera estatal libia ha anunciado este domingo el estado de «fuerza mayor» en dos puertos del país que han suspendido sus exportaciones de crudo en plenas protestas por la parálisis política que vuelve a dominar la escena nacional.
El enfrentamiento entre el primer ministro de unidad de Libia, Abdul Hamid Dbeibé, y el exministro del Interior Fazi Bashaga, elegido para el cargo por la Cámara de Representantes, se ha extendido al sector energético del país, absolutamente imprescindible para sostener la economía de una nación arruinada tras años de guerra civil.
Ahora mismo las operaciones en el puerto de Mellita, en el oeste del país, se encuentran suspendidas después de que «un grupo de individuos» suspendiera las operaciones en los yacimientos de Al Feel — que suministra al puerto 65.000 barriles al día — y lo mismo está ocurriendo en el este, en la terminal de Zueitina, donde un petrolero con capacidad de un millón de barriles está a la espera de recibir órdenes.
«El campo de Al Feel ha sido objeto de intentos arbitrarios de cierre, debido al ingreso de un grupo de individuos y la imposibilidad de que los trabajadores del campo continuaran con la producción, la cual se ha paralizado totalmente», según un comunicado de la estatal National Oil Corporation de Libia (NOC).
Al Feel está ubicado cerca de Sharara, que es el campo más grande de Libia y alimenta el puerto de Zawiya, cuyo cierre podría suponer el golpe de gracia en esta nueva crisis. La NOC, en este sentido, «lamenta la situación y exige que prevalezca el lenguaje de la razón y la sensatez y que se mantenga al sector petrolero alejado de los conflictos, a fin de preservar las deterioradas infraestructuras que nos quedan».
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Fuentes de DPA confirman que la producción en el este del país se debió a una protesta contra Dbeibé, cuyos críticos exigen que entregue inmediatamente el poder en un momento en que el precario equilibrio entre fuerzas rivales se está diluyendo a cada día que pasa.
A principios de este mes, representantes del comandante Jalifa Haftar, hombre fuerte del este del país, renunciaron a un comité militar nacional destinado a garantizar que se mantenga el alto el fuego y pidieron a su superior que comience a bloquear las exportaciones de crudo como medida de presión.
Otros responsables han estado manteniendo conversaciones en la capital de Egipto, El Cairo, para tratar de resolver los arreglos constitucionales con vistas a la celebración de elecciones, aplazadas en diciembre del año pasado a pocos días de la apertura de los colegios.