MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
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El nuevo embajador de México en España, Quirino Ordaz Coppel, ha tomado posesión de su cargo este martes tras llegar el lunes a Madrid y después del retraso por la falta de concesión del plácet en medio de polémicas entre ambos países. México solicitó el plácet para Ordaz en noviembre, pero fue rechazado inicialmente por el Gobierno español.
El Ministerio de Asuntos Exteriores mexicano ha informado de la toma de posesión en un comunicado que recuerda que el nombramiento de Ordaz fue ratificado por Senado mexicano el pasado 8 de marzo.
«Al iniciar su gestión, el embajador Ordaz se presentó y conoció a las y los funcionarios de las distintas áreas que conforman la Embajada de México en España. A todos ellos transmitió su firme propósito de trabajar en equipo para dar lo mejor de México y estrechar las relaciones con España», ha relatado el Ministerio de Exteriores mexicano.
Ordaz deberá ahora presentar al Rey Felipe las cartas credenciales que lo acreditan como embajador extraordinario y plenipotenciario de México en el Reino de España, así como concurrente ante el Principado de Andorra.
El proceso de nombramiento se había alargado tras retrasarse la concesión del plácet por parte de España. Se había especulado con que el retraso en el visto bueno por parte de España se podría deber a algún tipo de represalia por la postura crítica del presidente mexicano con el pasado colonial español.
Las relaciones entre España y México se vieron alteradas hace un mes después de que el presidente López Obrador planteara una «pausa» en la relación bilateral, en un nuevo pulso a España.
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El presidente mexicano se ha mostrado muy crítico con el legado colonial español, exigiendo en varias ocasiones que España se disculpe por ello. En este sentido, remitió al Rey Felipe VI una carta reclamando que «el Estado español admita su responsabilidad histórica» por las ofensas cometidas durante la conquista y «ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan».
El Gobierno ha minimizado en todo momento las críticas, que ha llegado a enmarcar en «los debates internos» del país azteca, pero también ha dejado claro que no se disculpará por el pasado.