MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
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Muestras de agua del océano recogidas en todo el mundo han arrojado una enorme cantidad de nuevos datos sobre los virus de ARN, duplicando el número de filos conocidos.
Los hallazgos amplian las posibilidades de investigación ecológica y remodelando nuestra comprensión de cómo evolucionaron estas pequeñas pero significativas partículas submicroscópicas, según publican los investigadores en la revista ‘Science’.
Una amplia evaluación de las secuencias de ARN oceánicas procedentes de aguas de todo el mundo ha identificado miles de virus de ARN previamente desconocidos –duplicando los filos de virus de ARN conocidos–, incluyendo algunos que representan un «eslabón perdido» en la evolución de los virus de ARN. El filo es la subdivisión básica del reino animal y puede definirse como una agrupación de animales basada en su plan general de organización.
Prácticamente desconocidos fuera de su papel en las enfermedades, los resultados del estudio permiten comprender mejor la importancia ecológica y los orígenes evolutivos de los virus de ARN. Los virus son omnipresentes en todos los ámbitos de la vida y desempeñan un papel fundamental como impulsores de la evolución, la diversidad biológica y el ciclo geoquímico global.
La mayor parte de los esfuerzos por comprender las múltiples funciones del virome de la Tierra se han centrado en los virus del ADN, que se sabe que son abundantes, diversos y protagonistas de los ecosistemas.
Aparte de su papel como patógenos de animales y plantas, los virus de ARN en el medio ambiente están muy poco estudiados. Al analizar casi 28 terabases de secuencias de ARN del Océano Global recogidas durante las expediciones de Tara Oceans, el investigador Ahmed Zayed y sus colegas de la Universidad de Ohio State abordaron esta laguna de conocimientos y ampliaron enormemente el catálogo conocido de virus de ARN marinos, informa la universidad en un comunicado.
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En su análisis, duplicaron el número de filos de ornaviranos de 5 a 10 (los ornaviranos son virus de ARN) y reconstruyeron un árbol filogenético que revela nuevos conocimientos sobre la evolución de los virus de ARN.
Entre los nuevos filos, los autores descubrieron los Taraviricota, de distribución mundial, que representan un eslabón perdido para los orígenes evolutivos de los virus de ARN en lo que respecta a los retroelementos, lo que sugiere que ambos comparten un ancestro común.
Según los autores, los nuevos hallazgos representan un conocimiento fundamental para seguir integrando los virus de ARN en los modelos ecológicos, evolutivos y epidemiológicos. «Estudios como este crean conexiones entre los mundos viral y celular, permitiendo la posibilidad de un árbol de la vida totalmente integrado y una comprensión más completa de los orígenes y la evolución de toda la vida», escriben Jessica Labonté y Kathryn Campbell en una Perspectiva relacionada.