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El canadiense Steven Diez pierde un partido que el juez de silla ya le había dado por ganado

«He sufrido la injusticia más grande de toda mi vida»

MADRID, 5 (EUROPA PRESS)

El tenista canadiense Steven Diez y el juez de silla iraní Amir Borghei protagonizaron uno de los partidos más polémicos del año en el circuito ATP, después de que el árbitro diese por ganado al norteamericano el choque ante el neerlandés Gijs Brouwer en la fase previa del torneo de Houston (Estados Unidos) para después rectificar su decisión y mandar continuar un encuentro que acabó finalmente con derrota para Diez.

Con 6-4, 5-4 y ventaja para Diez -292 del mundo-, Brouwer sacó y el canadiense le devolvió un resto ganador para cerrar la contienda y celebrar la victoria después de que el juez de silla gritase ‘juego, set y partido’; con ello, se garantizaba el pase al cuadro final del torneo.

Sin embargo, Borghei decidió bajar a ver la marca y determinó que la bola había sido mala y que Brouwer no había querido jugar el punto, obligando a reanudar el encuentro. Lo sucedido desquició a Diez, que acabó perdiendo el partido (4-6, 7-5, 6-2). A pesar de todo, pudo entrar finalmente en el cuadro final como ‘lucky loser’ por la baja del español Jaume Munar.

Horas después, Diez analizó todo lo ocurrido, algo «muy difícil de describir con palabras». «Además de la Copa ATP, este último año y medio ha sido muy difícil para mí, con problemas personales, lesiones y, para ser honesto, sin jugar mi mejor tenis. En estas últimas semanas empecé a jugar un poco mejor, pero de repente me pasa esto», manifestó.

Además, defiende que Brouwer sí quiso jugar el punto, al contrario de lo que determinó el juez. «En el vídeo pueden ver cómo gané el partido con un ‘passing’ que mi rival claramente intenta alcanzar, e incluso gira la cabeza para ver pasar la bola. Después de celebrarlo y cuando estaba a punto de darle la mano a mi rival, el juez de silla decidió revisar la marca cuando el partido había terminado y ya era demasiado tarde para marcar la pelota. Ese fue su primer gran error», señaló.

«El segundo error es que marca una bola que está literalmente a un metro de la marca real. Tercer error: le pregunta al juez de línea si ve la marca. El hombre apunta claramente a la que corresponde, y a pesar de eso se queda con su marca incorrecta. Cuarto error: me dice que mi rival no quería hacer saque y volea y que no quería jugar el punto. Y quinto error, y el más importante: el juez de silla dice ‘game, set and match'», prosiguió.

El canadiense criticó que nunca se vea «a un juez de silla pagar por sus errores», y, en cambio, cuando un tenista no hace bien su trabajo «coge el vuelo de vuelta a casa con cero puntos y menos dinero en los bolsillos». «Hoy, tras haber sufrido la injusticia más grande de toda mi vida, se hizo algo de justicia. Llamadlo Dios, karma, o lo que sea. Pude entrar como ‘lucky loser’ y volveré a jugar. Pero esto es algo que le puede pasar a cualquier jugador. La ATP tiene que revisar si algunos jueces de silla tienen el nivel para dirigir sus torneos», concluyó.

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