Los indecisos rozan el 20 por ciento del electorado, casi dos puntos más que hace una semana
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Figueres se presenta como un candidato experimentado, mientras que Chaves se nutre del descontento popular
MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Más de 3,5 millones de costarricenses están convocados este domingo a las urnas para elegir al presidente en segunda vuelta, ya que ninguno de los candidatos obtuvo al menos el 40 por ciento de los votos para ganar en la primera votación. Captar el voto de los indecisos será fundamental para dos candidatos, José María Figueres y Rodrigo Chaves, que aparecen empatados en las encuestas de intención de voto.
Figueres, expresidente de Costa Rica y candidato del Partido Liberación Nacional (PLN, de centro-izquierda) se impuso en la primera ronda con algo más del 27 por ciento de los votos, después de figurar como favorito en los sondeos previos a las elecciones. Se enfrenta a Chaves, del Partido Progreso Social Democrático (PPSD, centro y conservadurismo social), que obtuvo el 16,7 por ciento de los apoyos.
La última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), hecha pública el martes, revela que ambos candidatos continúan en un empate técnico. Chaves reúne el 41,4 por ciento del apoyo, mientras que Figueres captaría el 38 por ciento. Los porcentajes apenas han variado desde el sondeo anterior, cuando Chaves rondaba un 43,3 por ciento y Figueres un 38,1 por ciento. El empate se debe al margen de error de la encuesta, pero la distancia entre ambos candidatos ahora es menor.
El profesor de la Universidad de Costa Rica Felipe Alpízar considera «interesante» que Chaves figure por delante de Figueres en los sondeos, habida cuenta de que el candidato del PLN ganó en la primera vuelta de las elecciones. Alpízar destaca en un análisis para Casa de América que ambos candidatos han tenido un apoyo «diferenciado» en las encuestas y que el candidato del PPSD aventajaba a Figueres por cerca de 15 puntos en las primeras que se realizaron después de la jornada electoral del 7 febrero.
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Otra circunstancia a tener en cuenta es que Costa Rica tiene «un espacio muy extenso» entre la primera y la segunda ronda electorales, según resalta la directora de la sede de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Costa Rica, Ilka Tremiño, en el mismo análisis. Este amplio margen entre las dos elecciones «permite que la campaña sea larga y se den acontecimientos que generan pautas en las encuestas», ha agregado Tremiño.
La experta explica que el votante afín a Chaves es un hombre y se distribuye de forma similar entre los grupos etarios. En el caso de Figueres, tiene una proporción de apoyos más alta entre los costarricenses de más edad.
En este contexto, los indecisos tienen la llave del triunfo electoral de uno de los dos candidatos y constituyen un porcentaje importante entre el electorado costarricense. Según la encuesta del CIEP, los votantes que aún no han decidido el sentido de su voto son actualmente el 18,1 por ciento del electorado. Son casi dos puntos más que en la anterior encuesta, publicada una semana antes.
Según Alpízar, los mayores porcentajes de indecisos se dan en mujeres, jóvenes y personas que viven en la región del Valle Central, en la que se encuentra la Gran Área Metropolitana. Es la zona de Costa Rica más desarrollada y en la cual se realizan las actividades más importantes del país.
«Las campañas en este momento apuntan a los indecisos», explica Tremiño. Por su parte, Alpízar señala que, en los últimos días de la campaña electoral, la participación de Chaves y Figueres en los debates electorales definirá el sentido del voto de los indecisos. «De todas formas, el voto en Costa Rica se decide cada vez más al final de la campaña, es esperable que algunas personas se esperan hasta el fin de semana o cuando estén frente a la papeleta para decidirse», añade.
EXPERIENCIA FRENTE A CAMBIO Y DESCONTENTO POPULAR
Chaves y Figueres se enfrentaron la noche del jueves en su último debate, emitido en la cadena Teletica, y ambos utilizaron su mensaje final para dirigirse a las mujeres, los desempleados y los jóvenes.
En concreto, el candidato del PPSD prometió que, si resultaba elegido, «devolverá la esperanza» a las personas sin empleo, a los jóvenes preocupados por su futuro y a los emprendedores. También garantizó que bajará el coste de la vida en Costa Rica y combatirá la corrupción.
Por su parte, el candidato del PLN se dirigió específicamente a las mujeres y a los jóvenes, a quienes prometió tenerlos como prioridad y garantizarles derechos y opciones laborales. «Puedo entender que algunos no quieran votar por mí. Sin embargo, creo que todos queremos a Costa Rica», dijo, según ha recogido el diario costarricense ‘La Nación’.
Ambos candidatos presidenciales se presentaron como lo han estado haciendo durante toda la campaña electoral: Chaves prometiendo «acabar con la argolla» que ha gobernado el país en los últimos años y Figueres haciendo gala de su experiencia para gobernar.
«Chaves se presenta como un candidato de cambio, se nutre del descontento ciudadano de alguna manera», explica Alpízar, que también apunta hacia aquellos «enfadados» con la política tradicional y las instituciones. Se trata de un candidato de un partido recién fundado, con poca experiencia en política, ya que ha sido funcionario en el Banco Mundial, aunque también ha sido ministro de Hacienda durante un corto período en el Gobierno actual.
Figueres, por su parte, es el candidato de un partido «de larga tradición histórica que ha gobernado en varias ocasiones», arguye el profesor costarricense, que incide en que representa la «política tradicional y las instituciones de larga data» en Costa Rica. Así, «ha basado su discurso en su experiencia y capacidad de liderazgo», agrega.
No obstante, a juicio de Tremiño, es importante mencionar que los dos candidatos tienen «hechos controvertidos» a los que han tenido que enfrentarse en sus respectivas campañas.
Chaves ha sido denunciado por acoso sexual por compañeras y subalternas en el Banco Mundial, que finalmente le obligaron a renunciar a su puesto. Los informes han sido divulgados en el país latinoamericano durante la campaña, pero Tremiño apunta que este hecho «parece no haber pesado en su popularidad». La experta menciona encuestas en las que el 40 por ciento de los entrevistados indica que o el tema no les afecta o no creen que sea verdadero.
Mientras, Figueres se enfrenta a acusaciones de corrupción durante su anterior gobierno, pero los presuntos delitos ya han prescrito porque no se enfrentó a ellos en Costa Rica porque se fue a vivir al extranjero.
LA DESIGUALDAD ENTRE LOS ‘TICOS’
Lo cierto es que Costa Rica, a pesar de ser un país de renta media y buenas condiciones de vida para buena parte de su población, tiene también una «enorme» desigualdad, en palabras de Alpízar, que asegura que es «creciente».
«Grandes sectores de la población no se sienten parte del crecimiento económico del turismo», por ejemplo, lo que ha generado un «enorme descontento» con la política, según el profesor. «Son personas que viven en la pobreza, no tienen mucho que perder (…) sienten que el Estado no llega a sus comunidades», añade.
Aunque Chaves pesque en estas aguas, ambos candidatos otorgan importancia a la economía. Lo destacable es que en temas económicos o macroeconómicos, ambos son «bastante conservadores», según Tremiño.
Los asuntos económicos son los que figuran en el centro de las preocupaciones de los costarricenses. Por ejemplo, la pandemia de COVID-19 ha elevado las tasas de desempleo en el país y de hecho, el paro es la mayor preocupación de los ‘ticos’ con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, que representan el 38 por ciento del electorado.