MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
El tenista español Carlos Alcaraz confirmó su gran inicio de temporada y su buen momento tenístico con una victoria de mucho nivel este martes ante el griego Stefano Tsitsipas por 7-5, 6-3 que le permitió clasificarse para los cuartos de final del torneo de Miami (Estados Unidos), segundo Masters 1.000 de la temporada y que se disputa sobre pista dura.
El jugador murciano continúa al alza y lo volvió a demostrar ante el número cinco del mundo, al que frustró de nuevo como ya hiciese el verano pasado en el Abierto de los Estados Unidos, entonces en cinco sets. El pupilo de Juan Carlos Ferrero no le perdió la cara a un duelo de alto nivel y también dejó patente su fortaleza mental para darle la vuelta tras un gran inicio del de Atenas.
El tenista de 18 años se medirá ahora a una de las sorpresas de esta cita, el serbio Miomir Kecmanovic, que dejó fuera al estadounidense Taylor Fritz, campeón en Indian Wells ante Rafa Nadal, en busca de repetir las semifinales del Masters 1.000 del desierto californiano.
Pero para estar entre los ocho mejores una vez más de un gran evento, Alcaraz tuvo que detener el intento de revancha de un Tsitsipas que salió muy ‘enchufado’ y que tuvo en su mano el primer parcial. Sólido con su saque y amenazante al resto, el griego aprovechó su sexta bola de ‘break’ con 3-2 para romper y luego confirmar con su servicio tras levantar cuatro pelotas de rotura.
El español, que ya había dejado también golpes de mucha calidad, no se vino abajo por esa buena oportunidad perdida y dio continuidad a ese amago de reacción, sacando partido a su táctica de castigar el revés de su rival. El de El Palmar no sólo recuperó su servicio restando con 5-3 sino que encadenó siete juegos consecutivos para hacerse con la manga y ponerse ya ‘break’ arriba en la segunda.
Alcaraz se asentó definitivamente en la pista, aunque Tsitsipas aún le dio ‘guerra’ y gozó de opciones de ‘break’ para devolver la igualdad. El murciano las salvó y terminó con cualquier atisbo de emoción y de nervios con una rotura final para cerrar el partido.